Una vertical, literal

Desde este espacio ya hemos comentado tanto el proyecto como los vinos que Alejandro Martorell viene produciendo en la altura extrema de Molinos en Salta. Y como para tener un testimonio más afiatado de su saga qué mejor que aceptar el convite de una vertical de sus tres etiquetas. La cita fue en Mr Wines, el espacio de Fernando Musumeci en Caballito. Como todo con Altupalka la idea fue casi convocar a un grupo de amigos para poder degustar cada una de las añadas que se fueron incorporando al mercado, incluso con alguna premiere.

 

Long story short: Alejandro estaba buscando un terreno para construir su casa en Cafayate hasta que apareció una opción nada menos que en Tacuil (2590 msnm), la zona de Molinos donde los Dávalos producen sus excelentes vinos y donde el patriarca ejerce desde siempre un férreo rechazo a la utilización de barricas. Y si bien Martorell aún no era un hombre del vino, sus incursiones como entusiasta de ese consumo (y la cercana amistad de gente como Roberto de la Mota) le dejaron en claro que en esas 100 hectáreas había que hacer algo más que una casa. De hecho solo 20 de ellas son viables de ser sembradas, el resto son cerros. Y una pequeña represa, dato nada menor, puesto que la misma hizo posible que se riegue por goteo en forma gravitacional porque hasta allí no llega la luz eléctrica. Todos estos detalles prometían tanto un duro trabajo para establecerse como un producto superlativo. Y ambas cosas se cumplieron. Andando el tiempo la bodega pudo ampliar sus horizontes sumando otras 40 hectáreas en Cafayate, a unos 1750 metros, en cercanías de Yacochuya.

 

De la combinación de ambas zonas se comenzaron a producir los vinos de Altupalka, dos tintos y un blanco. Y si bien Cafayate hace su aporte, Molinos es el punto que marca la idiosincracia tan particular de estos vinos.

 

Para abrir el juego se comenzó con los blancos, en este caso un Sauvignon Blanc Extremo, lo que significa que toda sus uvas provienen de Tacuil, con las añadas 2014, 2015 y 2016. Es interesante ver la evolución en botella de estos vinos, especialmente cuando no se suelen pensar para la guarda. Todos poseen una muy buena mineralidad, algo que les augura una madurez equilibrada. Son muy marcadas las notas de espárragos y sopa de arvejas en los más viejos, mientras que el 2016 posee más rasgos herbáceos y de ruda.

 

A renglón seguido pasamos al Malbec-Malbec. Aquí se trata de la misma cepa pero a dos alturas distintas. Sin embargo sigue destacándose el protagonismo de la cota mayor puesto que de allí proviene el 65% que conforma la mezcla. El aporte de Cafayate aligera la estructura briosa de este Malbec-Malbec y también diluye los tonos casi violáceos del componente mayoritario. Para el caso probamos las versiones del 2013, 2014 y 2015. Esta última, aún sin etiquetar, fue la premiere de la velada. Va en gustos, algunos de los asistentes nos volcamos por el encanto de la madurez mientras otros preferían la boca más fresca de las expresiones más jóvenes.

 

Finalmente llegó el turno de la estrella del portfolio de Altupalka, su reconocido Malbec Extremo. Aquí se trata de un varietal netamente de Molinos, con todo y sus 2590 metros. Más allá de la características típicas de un vino expuesto a tan generosa insolación, también pudimos probar espalda con espalda, por así decirlo, las notas de evolución de las versiones 2011, 2013, 2014 y 2015. Sin dudas todas las palmas se las llevó el 2011 (que muchos, incluido quien suscribe, probábamos por primera vez). Para un vino pleno de notas secundarias, el paso del tiempo parecía haber complejizado aún más su carácter, con notas avainilladas, de tabaco y de cuero.

 

Sobre el cierre del año nos vinimos a enterar que una terrible granizada había hecho que se perdiera la totalidad de la uva en la viña de Molinos, con lo cual de allí no quedaría nada para producir en 2018. La buena noticia es que sí se cuenta con Cafayate. Vaya desde aquí nuestro apoyo a la bodega y a la familia detrás de ella, deseándoles que se repongan rápido, que sigan sosteniéndose hasta la próxima y que no dejen de producir los excelentes vinos de los que dio cuenta esta cata.