Vino sagrado

Desde siempre el vino ha ocupado un lugar importantísimo en las más diversas religiones. Y en un momento como el de la Pascua, cuando incluso las fechas se comparten entre liturgias con tantos puntos de contacto como la cristiana y la judía vemos cómo la bodega Domaine Bousquet hace su primer intento en la creación de un vino kosher.

Alavida Malbec 2021 no solo abreva en esta tradición de vinos sino que también continua ratificando su credo orgánico y de mínima intervención. Porque este nuevo Malbec kosher posee numerosos rasgos compartidos con la reconocida línea Virgen de la bodega. Probamos esta etiqueta tan particular y también charlamos en exclusiva con su creador, el enólogo Rodrigo Serrano Alou.

«Realizar un vino kosher ha sido toda una experiencia– arranca el winemaker- lo que hace la gente de la comunidad (en este caso el rabino Uriel Lapidus con su equipo de supervisores) es tomar todas las órdenes de trabajo como si fueran el plantel de la bodega. Nosotros ponemos una persona al lado de ellos. Nadie fuera de su equipo puede mirar directamente el vino. Sin embargo podemos supervisar a través de una suerte de mamparos de acrílico y guiarlos durante todo el procedimiento. Por eso podemos decir que la génesis de este vino es igual al de cualquier vino nuestro, salvo que quienes lo manipulan pertenecen al equipo del rabino. Nosotros no podemos tocar tampoco las máquinas durante la vinificación. Si tocamos una bomba o una moledora ya perdemos la posible certificación kosher de ese vino. Una de las cosas a las que se debe prestar especial atención es al uso exclusivo de levaduras passover, que son específicamente admitidas para la fermentación de este perfil de vinos

El de las levaduras no es un tema menor. Cualquiera que conozca el periplo del pueblo de Israel por el desierto recordará el consumo de pan ázimo, un pan amargo y, por sobre todo, no leudado. En este Alavida que, si bien no es el primer vino kosher de la Argentina, es el único que conjuga una serie de características exclusivas. En lo que refiere a este estilo de vino la ley judía indica que debe hacerse de uvas orgánicas y en plena madurez. Justamente Domaine Bousquet cuanta con grandes extensiones de viñedos orgánicos (en este caso en el Alto Gualtallary, a 1200 msnm) e incluso consiguieron una certificación para el mercado norteamericano que ninguna otra bodega nacional ostenta: el USDA. Hete aquí que para ser considerado «orgánico» dentro de los Estados Unidos, el vino además debe hacer caso omiso del uso de sulfitos. La bodega ha ido desarrollando su serie Virgen bajo estas condiciones. Por tanto, aparte de la supervisión y la elección especifica de las levaduras, podría decirse que Alavida es un primo hermano de los integrantes de la línea.

Habiéndolo probado se hace evidente esta prosapia, especialmente en la primer nariz, con la característica «nota verde» de aquellos primeros Virgen Blends, pero con la diferencia crucial de que dicha nota ya no pasa a la boca. Hoy la línea Virgen ya cuenta con algunas cosechas y cuatro variantes (sumando Malbec, Cabernet Sauvignon y un Chardonnay) y dicha nota fue ajustada y dejó de aparecer en los varietales netos por lo que es de esperar que los próximos Alavida hagan lo propio. Como todo vino sin sulfitos agregados campea una impronta fresca, fragante, como mucha fruta al frente. Un vino que sin duda seguirá creciendo entre los consumidores más allá de la celebración del Pesaj.