Oteando el futuro

Alguna vez hemos hablado en este espacio sobre lo poco que se conoce en general de los vinos uruguayos. Y ni qué hablar de sus expresiones más ambiciosas. Pese a las diferencias económicas y a la escasa curiosidad de nuestro lado del charco, Familia Deicas intenta comenzar a revertir este estado de cosas con una invitación especialísima en el marco del cumpleaños número 30 de su reconocido Preludio.

Por ello el equipo de padre-hijo de Fernando y Santiago Deicas convidaron a un regio almuerzo en el Palacio Duhau con la innovadora posibilidad de votar entre dos candidatos la próxima encarnación de la celebrada línea. «De hecho se ha dado que, del mismo modo que en algunas cosechas no haya habido Preludio, en otras ocasiones y cuando lo amerita puedan haber dos. – comenta Santiagopero en este caso los dos cortes en pugna comparten muchos elementos, así que sólo uno sera posible de hacer

Para amenizar la previa se sirvió el Ocean Blend Rosé 2021. Claramente este rosado demuestra que en Deicas no pueden con su genio. Pocas cosas podrían sonar mas esteñas que este blend y su botella exquisita, con brillos metálicos harto provenzales y con origen cercano a La Barra que sus creadores advierten como posible víctima del sacrilegio de ponerle hielo (es el Este chicos, exijan una frappera!) y le refuerzan la estructura para que la dilución no se lo lleve puesto. Bromas al margen es un gran vino, super elegante y muuuuy gastronómico.

«Hablando de ese perfil– continúa el winemaker- no es casual que hayamos elegido en esta ocasión un almuerzo para catar nuestros vinos. En Familia Deicas vemos una alianza indisoluble entre nuestros productos y la buena mesa

Para dar auto de fe de estas palabras pasamos a la misma donde se sirvió una ostra con granita de unas manzanas verdes tan frescas como ácidas junto al Preludio Blanco 2021. Éste es un Blend de Barricas como su hermano tinto con una preponderancia de Chardonnay y apenas un toque de Albariño todo de viñas muy antiguas del eje JuanicóCanelones. Aquí vale hacer un aparte: éste es el único vino de la velada que muestra signos de evolución, alguna untuosidad, algo de madera y oxidación de guarda en el profundo tono dorado con chispazos verdosos de su color. Un vino soberbio que acompaña muy bien los mariscos o alguna pesca.

Para entrar en materia pasamos a un magnifico back to back de, ahora sí, Preludios tintos. » El nombre lo sugirió un amigo, avizorando las maravillas que podrían venir con los años de un vino de estas características– toma la posta Fernandoasí que decidimos pensarlo como la apertura de una gran obra, donde lo mejor siempre estará por venir.» Para dejar en claro de qué estaban hablando se sirvió la última versión en mercado (2016) junto a un histórico 1999. Se esperaba que estos ejemplares ayudaran a extrapolar el devenir de la versión que habríamos de votar, la 2019. En este espacio hemos referido el Preludio 2015, aunque su sucesor pase de la porción mayoritaria del Tannat, que manejan como nadie, con un elegantísimo Merlot. Habíamos hecho mención a que el blanco era el único vino de los que se sirvieron que dejaba discernir evolución. Ambos tintos deslumbraban por su vigencia, frescura y vibrancia de color. Acompañaron a una excelente croqueta de pato.

Mientras llegábamos al principal, unas carrilleras de cocción lentísima, hicieron su entrada los verdaderos protagonistas del convite. Los lotes 112 y 114 prestos a poner su rúbrica en el nuevo Preludio 2019. Siempre con el 1999 por norte había que elegir no sólo lo que más gustara sino lo que entendíamos más idóneo para una guarda importante. Cabe decir que el 112 presentaba algunas notas más cerradas, algo de cuero y montura mientras que su contrincante mejor presencia de fruta y acidez así que para allí fueron los votos de quien suscribe. Cuando finalmente se alzó el velo pudimos ver que en nuestro grupo de 23 miembros las votaciones fueron 11 a 12. Los anfitriones no se llegaron a asombrar puesto que en todas las ententes la proporción había sido muy similar entre ambos contendientes. Como diría Cortazar: maravillosas ocupaciones las que enfrentan sus responsables cuando deban entronizar al nuevo campeón de Deicas.