Desde el advenimiento de la Revolución Industrial la explosión tecnológica que posibilitó la fabricación en masa embanderó a la raza humana bajo el mito del Eterno Progreso. Esas máquinas capaces de producir cosas al infinito y más allá parecían venir a ratificar que estábamos destinados a consumir los bienes que las líneas de montaje no paraban de ofrendarnos. Desgraciadamente esa idea de consumo sin fin dentro de un planeta finito no tardó ni doscientos años en demostrar lo monstruoso de sus apetitos. Y ya son muchos los frentes en los que los estragos producidos por esta carrera sin freno comienzan a pasarnos la cuenta. Por suerte, si bien en diversa medida, varios grupos empresarios están empezando a plantearse prácticas distintas que ayuden a enmendar los errores que han padecido tanto nuestro espacio como la gente que vive, y por sobre todo, trabaja en él.
Imbuídos de este nuevo espíritu vemos los esfuerzos de Finca Las Moras que acaba de presentar para el mercado interno su nueva línea de vinos Fair For Life. Para ponernos en tema se invitó a un grupo de periodistas a conocer la propuesta mediante una presentación de sus equipos de enología, marketing y el representante de otorgar la certificación de dicha denominación.
Decíamos que ésta fue una presentación para el mercado interno puesto que el grupo cuenta con la certificación desde 2013 y ya al año siguiente comenzó a vender dichos productos en mercados como los de Reino Unido, Finlandia o Alemania.
«Existen países que toman muy en cuenta este tipo de prácticas– comienza desde Suiza el Ingeniero Eduardo Tilatti Certification Manager Latin America por Demeter International y auditor Fair Trade en Europa- ciertamente el compartir posiciones con Demeter habla a las claras de los vasos comunicantes que existen entre este modelo de comercio y los escritos de Rudolf Steiner. Él ya veía a principios del Siglo XX cómo el trabajador comenzaba a enajenarse de su comunidad y propuso una serie de ideas para tratar de recomponer ese vínculo. El principio de Fair Trade tiene que ver con un empoderamiento del trabajador y de pensar el proceso productivo como parte indiscernible del progreso de una comunidad dada. Es por eso que una de las características del mismo tiene que ver con la posibilidad de entregar parte del producido de las ventas a los mismo trabajadores y que ellos decidan qué uso desean darle a ese dinero. Por ejemplo en Las Moras se decidió crear una guardería para los hijos de los empleados. Cabe aclarar que este dinero es un extra de los dividendos, no una parte de sus sueldos.»
«En cuanto a lo enológico– arranca el reciente responsable del área, Germán Buk– hemos elegido posicionarnos dentro de una línea que maneje una gama inicial muy competitiva con tres propuestas de fincas propias en el Valle de Tulum, San Juan. Buscamos un volumen que no encarezca mucho el producto pero que tenga buenas prestaciones precio-calidad.»
Yendo a los vinos en cuestión se trata de dos tintos y un blanco, todos con etiquetas de una estética que recuerda cuarteles de comic y que sin duda se destacarán en la góndola. Los tintos, un Cabernet Sauvignon y un Malbec se permiten hasta la termovinificación, buscando traer mucha fruta al frente con una propuesta equilibrada. Renglón aparte merece el Chardonnay que se muestra como una muy atractiva opción dentro de su franja de precio.