Vamos a la ruta

Cuando «Busco mi destino» se sumó al inconsciente colectivo de nuestra cultura como el epítome de la libertad masculina se eligieron para sus protagonistas a dos motos emblemáticas: una Harley Davidson y una Indian. Porque si al hombre la modernidad  lo privó del caballo siempre quedarán las dos ruedas para desfogar su necesidad de velocidad. Todo esto viene a cuento de la última alianza de Baume & Mercier con el mundo de los bólidos al sumar dos ediciones limitadas de su serie Clifton Club centradas en el universo Indian.

 

Como no podía ser de otra manera la cita se dió en la concesionaria local de la marca en San Isidro con food trucks y el marco de los modelos de apariencia más vintage, junto con otros clásicos actualizados como la legendaria Scout. Presentando las novedades estuvo la Manager Regional de Marketing y Comunicación Marcela Roudenbush. «Baume & Mercier tiene una marcada ligazón con ciertos representantes de la cultura «fierrera»y en este caso los valores de la marca, junto al carácter icónico de Indian y todo lo que gira en torno a él fue determinante a la hora de encarar no uno, sino dos proyectos dentro de la nueva serie Clifton Club.» Hay que recordar que la serie, que fue presentada el año pasado hace hincapié en el espíritu lúdico, la caballerosidad deportiva y el propio compromiso, más allá de la estelaridad de sus representantes. Además ésta comunión de visiones no es nueva para la manufactura. En este mismo espacio hemos reseñado como Baume & Mercier le dedicó un cronógrafo Capeland a otro hito de los fierros Made in USA: el Shelby Cobra.

 

En esta ocasión Baume & Mercier creó dos propuestas en forma conjunta con Indian. Primero una Edición Homenaje, un crono con el esquema de colores de su modelo Scout, gris y negro mate de 1901 ejemplares, mentando el año en que fue inaugurada.

 

La otra está dedicada al recordman Burt Munro. Es claro qué fue lo que conquistó los corazones y el imaginario de ambas marcas. Munro fue un tremendo entusiasta de la velocidad que intentó infructuosamente por años batir el record de velocidad con su Indian modificada. Incluso algunas de tales  modificaciones fueron hechas con piezas tan humildes como pedazos de lata de conserva. El tema fue que, ya en edad avanzada y con un montón de desaires a cuestas, consiguió alzarse con el record que buscó toda su vida con una marca que aún no ha sido batida. Su modelo es una edición limitada de 1967 piezas, celebrando el año en que alcanzó su sueño. Tiene un contador de segundos con el 35 en fondo amarillo (su número de la suerte) y un strap en el mismo cuero que utiliza el sillín de la moto de sus amores.