Valle sagrado

Dentro de la producción cuyana San Juan siempre ocupó un espacio importante pero con un perfil más centrado en el volumen que en la calidad. Sin embargo este concepto esta cambiando y dan prueba de ello los muy buenos comentarios que están obteniendo vinos de esa provincia entre la crítica especializada local e internacional y los resultados en concursos mundiales. Finca Las Moras viene apostando fuerte en la región y ha decidido poner sus fichas dentro de todo el abanico, produciendo el Malbec más vendido del país sin descuidar su más que atendible sección de vinos de guarda. Para dar un panorama del extremo más alto de su portfolio fue que convocaron a la prensa en Crizia invitando a periodistas y sommeliers a que oficiaran de presentadores de sus tres tintos más reputados.

 

Abriendo el juego pudimos probar el Gran Syrah. Ya hace unos años que este varietal viene oficiando de mascarón de proa de la bodega en su búsqueda por lograr vinos de excelencia. Y aquí entra a terciar una serie de valles en altura entre los que se destacan Tulum y, muy especialmente, Pedernal. Claramente la clave está en una constitución inédita en cuanto a valles vitícolas se refiere puesto que su lecho es de origen glaciar. Como de costumbre este Gran Syrah esta constituido por uvas de ambas zonas y presenta el perfil especiado típico de los ejemplares más complejos de la cepa.

 

Luego le tocó el turno al Mora Negra. Aquí vemos como se pone en valor también una cepa que ahora está dando que hablar pero que por muchísimos años fue la Cenicienta de la viticultura nacional: la Bonarda. Si San Juan era el lugar para producir volumen, la Bonarda era la uva para dárselo. El hecho es que se trata de una variedad muy resistente y productiva y esa fue la razón para que se la utilizara casi exclusivamente para el vino a granel. Por suerte esta tendencia casi podríamos decir que está totalmente revertida y ya incluso se la empieza a pensar como una tinta digna de salir a buscar el cetro como representante nacional siguiendo el derrotero del Malbec. Predomina, por supuesto la fruta, pero con rasgos más sofisticados como el higo y también el chocolate amargo. El Mora Negra es un bi-varietal que se completa con Malbec de Pedernal co-fermentado en tanques de acero inoxidable y con una crianza de 15 meses en barricas de primer uso.

 

Finalmente llegó la estrella de la velada. Hablamos del escasísimo y muy bien reputado Sagrado Pedernal. Aquí se trata de un Malbec neto del valle homónimo que se beneficia de sus 1400 metros de altura. Las características del valle son únicas en más de un aspecto puesto que no sólo se ve influenciado por la cercanía de la Cordillera de Los Andes sino que está flanqueado también por los cerros del Sistema de las Sierras Pampeanas. La morfología de El Pedernal posee características muy distintivas como por ejemplo que sea una valle de origen glaciar. Esto hace que no presente las típicas piedras redondas del calcáreo cuyano y que parte de sus sedimentos se de en forma de piedras planas tipo laja y mucho del mismo reducido a polvo por el peso de la masa de hielo que formó el valle. También la altura consigue un microclima bastante más fresco que el de los valles vecinos y se beneficia de una fuente de agua exclusivamente de deshielo. ¿El resultado? Un vino sedoso, sofisticado, pleno de aromas terciarios y con un gran potencial de guarda. Aunque existen pocas botellas bien vale la prueba de agenciarse algunas para ir viendo su evolución según pasan los años.