Un rosado para entusiastas

Siempre a la búsqueda de crear su propio espacio Finca La Celia propone un rosado como novedad en su portfolio. Como de costumbre la bodega, pionera en el Valle de Uco, trata de seguir presentando etiquetas que se ajusten a su propio derrotero más que a los requerimientos de la hora. Finalmente este assemblage hace su presentación en el mercado local luego de una primera cosecha que, el año pasado, fue exclusivamente para Estados Unidos.

 

Con el norte puesto en la gastronomía, este Rosé viene a sumar alternativas con laderos tan complicados como el sushi, la cocina de inspiración nipona o el propio ceviche. La idea es ofrecer una combinación refrescante pero con la suficiente estructura para que los grasos o los picores no se la lleven puesta. Y para que la cosa quedase más que clara, su enóloga Andrea Ferreyra condujo una cata donde se lo ofrecía junto a una selección de piezas de Sushi Club.

 

Si bien no abjura de que el color en un rosado si no lo es todo, casi, el suyo viene en una suerte de rosa Dior vibrante. Además abreva en dos cepas no tan vistas en el Valle de Uco como lo son el Pinot Noir y muy especialmente el Pinot Grigio.

 

«En nuestra oferta de etiquetas apuntamos más a lo específico antes que lo puramente novedoso– comenta la enóloga- por eso presentamos este Rosé con características muy particulares, un producto pensado para satisfacer al perfil de consumidor que sigue nuestros vinos, alguien curioso. Un entusiasta inquieto, que busca conocer y experimentar la excelencia en cada propuesta. No son la opción más sencilla, son una apuesta por seguir dando lo mejor a la hora de representar al Valle de Uco. Ambas cepas son de producción propia y fueron cosechadas tempranamente para poder trabajar la ventana aromática, pero además conseguir una estructura capaz de acompañar diversos platos. No queremos remedar a La Provenza sino ofrecer rosados elegantes y bien logrados con rasgos de su origen, en este caso La Consulta. Sumándolo a la mesa también estamos buscando quitarlo de la ecuación primavera-verano, por así decirlo, y hacer que se lo tome como una alternativa que no se agote en previar como aperitivo ni se ubique como un subproducto asociado a paliar el calor

 

Y, probándolo, pensamos que todo esto se logra. Se trata de un Blend de 80% Pinot Noir cerrando con un 20% de Pinot Grigio cuyo mosto se separa a baja temperatura y que luego fermenta en tanques de acero inoxidable durante 20 días. A ello se le suma una crianza en el mismo medio de 40 días más sobre borras finas. El resultado es un rosado con nariz entre cereza y flores, rosas de cierta carnosidad y una tan interesante como infrecuente puntita de graso. La acidez le aporta frescura y cierra con un buen largo de boca. Encima, como suele ser costumbre en la escudería, goza de una gran relación precio-calidad.