Haciendo barra

No cabe duda de que los japoneses tienen una larga tradición frecuentando barras. Los bares son un espacio muy importante donde socializar dentro del ultracodificado sentido de la etiqueta nipona por lo cual no sorprende que Seiko, dentro de su línea Presage les haya dedicado una serie completa: The Cocktail Time.

La misma rinde tributo a un célebre bartender, a la sazón dueño de uno de los bares más reputados de Tokio. Nadie que visite Shibuya puede dejar de pasar por el Ishinohana Bar de Shinobu Ishikagi. A esto se debe que cada modelo, dependiendo de su color, tenga un sobrenombre que hace honor y referencia a algún reconocido cocktail.

En las imágenes que ilustran estas páginas (y que, doy fe, se encuentran en el mercado local) podemos apreciar un bello Seiko Presage Cocktail Time Ice Blue Skydiving (SSA343j1)

Estamos ante uno de los modelos que presentan complicaciones como, en este caso, un indicador de las 41 horas de reserva de marcha en todo el primer cuadrante y un fechador con aguja a las 6.

Si hacemos memoria recordaremos que allá por el 2010 hizo su aparición una primera versión que se convertiría en un éxito instantáneo. Hablamos del SARBO65 que supo gozar del favor del público hasta que fue discontinuado en 2016. Para que la afición no extrañe fue precisamente en ese mismo año cuando Seiko inicia toda una línea de relojes de vestir, Presage, donde volvería a por sus fueros en una pléyade de versiones. Algunos modelos anteriores han llegado a tener una caja más grande y un calibre con mayor reserva de marcha que esta última encarnación, pero de todos modos esto no llega a ser una característica que baje tanto el perfil de perfomance de la máquina.

Si el calibre 4R57 bastante se deja apreciar a través del fondo de cristal mineral, podemos decir que el patron solar de la carátula es un detalle que mesmeriza y al que ninguna imagen alcanza a hacer justicia hasta que se lo puede apreciar con la propia vista. Incluso ofrece ciertos juegos irisados dependiendo del modo en que lo toque la luz. La caja de acero inoxidable (que, dependiendo del modelo, puede tener diversos acabados en PDV) mide un poco menos que algunos de sus predecesores, 40,5 mm, algo que la vuelve tan elegante como versátil, dispuesta a lucir en muñecas de cualquier tamaño. Protegiendo el frente presenta un cristal abombado de Hardlex, un desarrollo exclusivo de Seiko superior al cristal mineral del fondo, pero sin alcanzar la onerosidad del zafiro, lo que lo mantiene dentro del espacio de confort de los precios amigables. Presenta un juego de agujas dauphine facetadas y, en este caso, pulidas por ambas caras y detalles del bellísimo azul de la manufactura en el segundero, la aguja de fechador y la punta de flecha del indicador de reserva de marcha. La corona con forma de madalena y ligeramente sobredimensionada permite una cómoda remonta manual y cierra a presión en vez de ser roscada. En la versión Skydiving la correa de becerro negro luce unos pespuntes en azul hielo.