De la virilidad de los tintos recios (ni que hablar de sus versiones norteñas) a los blancos de lujo se ha recorrido, sin duda, un largo camino. Motivos tanto económicos como culturales parecían haber decretado que sólo los varietales oscuros habrían de sumarse al panteón de la alta gama nacional. Ciertamente que factores como lo prejuicios que le endosan a cualquier blanco un espíritu «femenino» o la clara reticencia del consumidor a pagar buenas sumas por ese tipo de cepas pesan a la hora de encarar la construcción de un vino ícono. Sin embargo algunas bodegas parecen haber hecho caso omiso de esta suerte de ley de Perogrullo y ya llevan varias décadas proponiendo grandes vinos blancos.
Un ejemplo cabal lo tenemos con los Pr1mus de Bodega Salentein. Ya por el siglo pasado (1995) El Chardonnay fue el elegido para sumarse a la saga siguiendo los pasos del principesco Pinot Noir. Y sobre el tema tuvimos la oportunidad de consultar a José «Pepe» Galante, el enólogo responsable en la actualidad de este blanco regio:
“Hace ocho años que estoy a cargo de hacer los Pr1mus– cuenta este verdadero referente de la industria vitícola.- No es de extrañar que desde el vamos se haya considerado al Pr1mus Chardonnay como un producto de alta gama. Todo tiene que ver con la zona en que se lo produce, la Finca La Pampa en San Pablo, en el Valle de Uco. Si bien toda la cuenca es reconocida por la calidad de sus vinos, lo que ofrece este paraje es una franja de altura ideal para blancos de ciclos muy largos, entre los 1300 y los 1400 msnm. Esto da por resultado vinos con poco nivel alcohólico pero buenos PHs y por sobre todo una elegantísima acidez. En nuestro caso hemos comprendido que el Chardonnay es la variedad que mejor acepta una fermentación en barrica. Nuestra versión tiene mucho contacto con lías además y se lo remonta con batonage varias veces durante su paso por madera. Así conseguimos una expresión larga, untuosa y elegante. Un vino rico, con buen peso en boca. Podríamos hablar de un estilo entre Bordolés y Californiano. De hecho acabo de participar en paneles durante la visita del Masters of Wine al país y tanto propios como ajenos comenzaron a hablar de una forma argentina, de un estilo nacional si se quiere para interpretar esta cepa.«