Caras de Feliz CumpleañosTop view of empty round white ceramic plate with black rim

Para celebrar los 110 años de la creación del Laurel, el primer reloj de pulsera de Seiko, la manufactura nipona ha dedicado cuatro ejemplares en sendas Ediciones Limitadas de su serie Presage Craftsmanship. Y para reflejar la tradición artesanal que tan cara le es a su cultura podemos decir que el protagonista excluyente de dichos modelos es su adhesión a algún tipo de técnica especial en el acabado de sus carátulas.

Estos Seiko Presage Craftsmanship comparten un perfil bastante similar con sus cajas de acero endurecido, sus coronas tipo madalena ligeramente sobredimensionadas y sus agujas de pica aunque en una pareja vemos latir un calibre 6R24 mientras que en la otra campea un 6R27.

Decíamos que los rasgos más distintivos de cada ejemplar son sus acabados y comenzaremos por el esmaltado (SPB393), con el perfil que más claramente remite al Laurel primigenio con sus 12 horas marcadas en números romanos en rojo. Aquí destaca el esmaltado cocido a fuego de la Fuji Porcelain Enamel Co, Ltd donde un equipo liderado por el avezado Mitsuro Yokosawa viene produciéndolos desde 2016.

El otro ejemplo (SPB395) abreva en la técnica Urushi, una forma de laqueado que suele utilizarse para adornar bowls, palillos e incluso hasta detalles de armaduras de samurai. Aquí reina un tono achocolatado/broncíneo que alude a la paleta típica del barrio de Kanazawa, el célebre «Pantano de Oro» de la prefectura de Ishikawa. Isshu Tamura es el maestro encargado de su realización.

Ambas cajas miden 40.2 mm y presentan las 41 horas de Reserva de Marcha a las 9, los días de la semana a las 3 y el fechador en semicírculo a las 6.

El siguiente dúo apuesta por la asimetría y es ligeramente más grande (40.6 mm) con la Reserva de Marcha también de 41 horas corriéndose a las 9 y un fechador en subdial a las 6.

Hay nada menos que 400 años de historia detrás de la bella carátula de porcelana de Arita (SPB397). Allí encontramos la piedra cerámica de Izumiyama en la prefectura de Saga que fuera el punto de partida de la rancia tradición de la vajilla japonesa. Allí la fábrica de Shingama Kiln produce estos fondos bajo la atenta mirada del artesano senior Hiroyuki Hashiguchi.

Prácticos de toda practicidad a los japoneses no les falta inventiva a la hora de recrear algo bello así provenga de otra cultura. Este es el caso del arte de Owaru Shippo (SPB399)una sofisticada forma de esmaltado al fuego pensado para replicar las piezas de un azul profundo llegadas hace cientos de años de ultramar desde Holanda. Su dificultad es tal que, mientras que las otras tres Ediciones Limitadas cuentan con 1500 ejemplares cada una, la de este añil de noche y abismo apenas sumará un total de 800 piezas.