A su imagen

Que bueno cuando la gente talentosa se encuentra. Un poco con la excusa de presentar el vino que Zuccardi le dedicó a la cebichería La Mar en su versión local y fungiendo casi como una celebración cerrando un año cargado de intensidades, la convocatoria a la prensa y amigos de ambos tuvo una marcadísima buena vibra.

 

«Literalmente es el resultado de un encuentro– comenta Sebas Zuccardi, creador del nuevo bivarietal de blancas- Anthony Vazquez pasó por el resturant de la bodega como parte de una serie de invitaciones a chef destacados para cocinar allí y comentó que él comía sus platos con cerveza. Y eso me despertó la inquietud de desarrollar un vino que se ajustase a las particularidades que requiere una cocina como la del Perú«. Para cualquiera que haya frecuentado esa tradición culinaria está claro que la opción no iba a ser cantada teniendo que lidiar con sus picores y condimentos fragantes.

 

«Con eso en mente decidimos hacer algunos experimentos. Los invitamos a participar en base a varias opciones.– continua Sebastián- había que hacer hincapié en la frescura y la acidez. Y para eso estuvo muy bien poder contar con varietales desarrollados en altura. Para el cuerpo principal elegí un Sauvignon Blanc de San José a 1400 msnm de un productor vecino. La altura iba a asegurar una muy buena acidez. Y como para terminar de redondearlo en boca use un Chardonnay propio de Gualtallary, que está a 1300 metros. Todo con levaduras indígenas y sin fermentación maloláctica, puesto que la idea era preservar fruta y acidez. El Sauvignon Blanc fermentó en tanques de aluminio mientras que el Chardonnay pasó por pileta de hormigón y barricas con bastante uso. No tenía ningún interés en que ganara notas de madera.» El resultado es un blanco de color pajizo brillante muy ligero, con una acidez elegante y que refresca.

 

Como para poner a prueba su versatilidad la gente de La Mar, con su chef a la cabeza, invitó a la concurrencia a un paseo por sus increíbles ceviches. Desde clásicos de lenguado a los de pez limón o el marinado de frutos de mar. Renglón especialísimo para una originalidad superlativa: el choripán de lenguado al 100%. Y aquí no se trata de celebrar lo novedoso o lo simpático. Para nada. Se trata de un plato sabrosísimo que sin dudas se mantiene muy bien por su propio pie. Y que casa de maravillas con el vino de la casa, a la sazón, un verdadero best buy.