Definitivamente atrás quedaron los días en que San Juan era una Cenicienta sin fiesta en el esquema de la viticultura cuyana. Marcada por una insolación poderosa a las viñas de la provincia se las buscaba por una producción con su norte puesto en la copiosidad antes que la finura. No hace tantos años que diversos jugadores comenzaron a investigar especialmente en sus valles del sur y descubrieron una orografía singular que ya empieza a rendir sus frutos. Zonda, Tulum y especialmente Pedernal se volvieron nombres cada vez más presentes en la nueva prédica de vinos sanjuaninos de clase mundial. En 2008 la gente de Salentein decidió apostar por este último y fundó la bodega Pyros. Y, apenas poco más de una década después, la evolución de sus vinos se muestra a las claras en la concreción de reconocimientos y la entrada rutilante de un Malbec especialísimo.
Con este par de hitos para celebrar, la bodega decidió armar una cata con el recientemente premiado Pyros Single Vineyard Malbec 2015 Bock nº4 como previa al estreno absoluto del Pyros Vineyard Limestone Hill 2016 conducida por su enóloga, Paula González junto al Ing Agrónomo Gustavo Matocq y su Director de Marketing Matías Bauzá Moreno.
«Queríamos contar la novedad de este lanzamiento y nos pareció pertinente hacer una suerte de back to back entre estos dos Malbecs que son un buen ejemplo de las enormes posibilidades que imaginamos primero y corroboramos después con la decisión de empezar a producir en el Valle de Pedernal– arranca Bauzá Moreno – el Block Nº4 ya se ha ido labrando una reputación en distintos concursos y con la cosecha 2015 acabamos de imponernos entre 700 vinos de 18 países en el Korean Wine Challenge. La metodología mediante cata a ciegas y el prestigio que sigue robusteciéndose de edición en edición hacen de este premio una ratificación de nuestra vocación de excelencia, además de abrirnos las puertas del mercado coreano, uno de los más pujantes de Asia.»
«El Single Vineyard es un claro ejemplo de lo que puede ofrecer el Valle de Pedernal y de la riqueza morfológica de sus suelos– toma la posta Gustavo Matocq– si bien uno puedo creer que nuestros viñedos están en una suerte de plataforma regular en rigor presentan un marcado desnivel en pocas hectáreas que pueden ranquear de 150 a 200 metros.» Hay que tener en cuenta que se trata de un terroir único, una afirmación avalada por los especialistas en suelos franceses Claude y Lydia Bourguignon. Está emplazado a 1400 metros de altura a cubierto por la Sierra de Pedernal, una combinación que logra crear un microclima con la típica heliofanía sanjuanina pero con un promedio de temperatura mucho más fresco con máximas que no superan los 28/29º. Además de que el suelo tenga la particularidad de haber sido «molido» por enormes masas de hielo puesto que el valle fue cauce de un glaciar hace miles de años. En cuanto al vino en sí presenta taninos muy equilibrados merced al aporte de su paso por un 20% de barrica nueva con buen largo de boca.
«Si bien la parcela Limestone Hill está muy cerca físicamente– aporta la enóloga Paula González– el hecho de ser la única porción de terreno en ladera le aporta una conformación de suelos única. La calicata muestra unos primeros 30 centímetros franco arenosos para luego pasar directamente a piedras en forma de laja. Aquí no se han producido arrastres, simplemente el peso de la caída de los materiales sobre el pie de monte por lo que no se encuentran cantos rodados. Esta combinación produce buena infiltración pero con retención lo que repercute en raíces más profundas, del orden de los 2,50 metros. Esta disposición radicular mejora la absorción del agua y la constriñe en un 30%. El Limestone va a ser el primero de una línea en la que seguiremos buscando expresiones cada vez más acabadas de microterroirs dentro de nuestra finca.» Y bien que lo consiguen. Este Malbec es un ejemplar complejo, de múltiples capas pero fresco, merced a un aporte de calcáreo que equilibra. Posee toques florales secos y una mayor astringencia que sus vecinos de bloque con notas de regaliz y chocolate amargo. Sin dudas es un vino tan novedoso como excepcional cuya complejidad y acidez le auguran una guarda gloriosa.