Malbec al día

Dentro de la semana de festejos por delante y por detrás del Día del Malbec qué mejor que recorrer, en las propuestas de una bodega nueva, las muchas variantes que ofrece la cepa. El punto es que la uva que llegó de Francia habría de florecer y expresarse de un modo inédito en nuestras pampas y presentaría una personalidad plena de bríos y fruta que la convertiría en una de las interpretaciones más distintivas entre los vinos patrios. Claro que nueva no siempre significa que reniegue de la tradición más clásica dentro de las formas de interpretar al Malbec.

Huentala Wines está bajo la égida de Julio Camsen y es, en rigor, un desprendimiento del grupo hotelero del mismo nombre y que regentea un hotel homónimo, además de la versión mendocina del Sheraton. De todos modos el pater familias ya tenía un profundo conocimiento del mundo del vino cuando encontró un magnífico terreno nada menos que en Gualtallary «Ciertamente cuando compramos la finca en 2002 la zona no era lo que es ahora y sólo había otro emprendimiento además del nuestro. El tema fue que no sólo parecía que existían importantes razones de terroir, también debo admitir que nos enamoró el paisaje del piedemonte cordillerano y el espectáculo de sus cielos increíbles«. Aparte de las consideraciones estéticas, merced a exhaustivos estudios del terreno se terminó descubriendo que en las 85 hectáreas que se plantaron se daban cita cuatro tipos distintos de suelo. Eso iba ser determinante de la experimentación con el malbec y las variantes que la bodega iba a dejar claramente demostradas con la presentación en sociedad de cuatro expresiones del varietal.

Decíamos que nuevo no siempre es sinónimo de ruptura con las tradiciones y esto queda claro con la impronta de los productos de Huentala, inspirados en la interacción y el asesoramiento de pura buena onda de enólogos como Roberto de la Mota, Marcelo Pelleriti o Pepe Galante. Para el caso disfrutamos de un crescendo de Malbec con sendos ejemplares de Hotel, Sombrero, Huentala Black Series y Gran Sombrero.

El nombre de Hotel es claramente una idea con doble significante, aludiendo al negocio principal de la familia y al lugar donde se trata de enfocar su oferta a los pasajeros. Es un Malbec sumamente equilibrado (especialmente si se tiene en cuenta que no tiene absolutamente nada de madera) con una acidez justa y una presencia de grafito típica de los vinos desarrollados en suelos aluvionales. Sólo tiene una breve estadía en botella antes de salir al ruedo y una excelente relación calidad-precio.

En el caso del Sombrero (que menta a la temprana afición de Julio por tales elementos de la moda masculina toda vez que a su nutrida colección) ya se evidencia el paso por madera. Aquí fueron 9 meses en barricas de roble francés de primer uso, algo que aporta taninos que pican apenas en la punta de la lengua. Buen color con una muy amable entrada en boca.

Pasando al Huentala Black Series puede decirse que se evidencia el estilo de Pepe Galante. Algo más alcohólico, con notas a especias y un aporte mineral que le confiere una acidez tan elegante como prometedora de una buena guarda.

Finalmente el Gran Sombrero vuelve a sorprender con la diferencia que parece haber entre lo que cuesta y lo que vale. Puede sonar raro hablar de best buy cuando nos referimos al tope de gama de una bodega pero aquí realmente el comentario se justifica. Es claramente el más alcohólico de los cuatro, no sólo por sus 14.6 grados sino más bien por la forma en que está manejada la carga y por lo que se lo suele ofrecer con una temperatura de servicio más cercana a los 16 que a los 18 grados. El ensamblaje con la barrica sin duda se beneficia de los 12 meses de crianza. Y luego, como en todos los ejemplares que probamos, con los mandatarios seis meses de botella antes de salir al mercado.

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