Dispuestos a poner en valor el concepto de fincas propias, Salentein propone agregar dos Blends a su clásica línea Reserva, reformulando las tintas y con una completa novedad de las blancas. Estos dos nuevos Cortes fueron presentados en sociedad por Jorge Cabeza, Senior Winemaker de la bodega, quien trabajó como siempre bajo el liderazgo de Pepe Galante.
Ya desde hace un par de años Salentein había sumado un Corte de Tintas, aunque en ese caso, si bien contaba con las mismas cepas, el armado era muy diferente, con una clara preponderancia del Malbec. Si bien nuestra variedad insignia es muy plástica y un gran caballito de batalla desde el marketing diferencial hay que admitir que ese es un andarivel en el que corremos solos. Bastante más competitiva se pone la cosa con cepas con una prédica más global como el Cabernet Sauvignon. Y este es el caso del nuevo corte, que cuenta, literalmente, con la mitad más uno de esa variedad la cual Salentein ha dado sobradas muestras de manejar con altura. Detrás sigue, sí, el Malbec de la infaltable Finca El Oasis más un toque de Finca La Pampa. Cerrando la ecuación vuelve el Cabernet Franc con un aporte mayor que en primera mezcla. «Si bien es cierto que hace ya un par de años que contamos con un Blend en la línea Reserva– comenta Cabeza– queremos dejar en claro que este nuevo lanzamiento corresponde a un concepto distinto y que, de hecho, ambas variantes no convivirán. Tan pronto se acaben aquellas ediciones serán reemplazadas por este nuevo corte. Aquí no sólo está el hecho de que se sume un inédito Corte de Blancas sino que toda la movida apunta a afianzar el concepto de fincas propias y una suerte de puesta en valor de los dos Blends.» Claramente se ve que ambos se presentan en botellas borgoña donde justamente destaca esa frase.
Este protagonismo del Cabernet Sauvignon hace que su manejo arranque desde el viñedo para que brinde el perfil que buscaban sus creadores. «Hay que estar en todos los detalles– continúa el enólogo- desde raleos en diciembre o mantener los brotes bien verticales hasta deshojar en la exposición este. Lo que buscamos es domesticar la pirazina, quitar la sensación «dulce» de las notas de pimiento más cocidas. También pensemos que estamos trabajando en una cota de 1200 msnm promedio.» En rigor los dos Cabernets campean los 1100 metros mientras que el Malbec se eleva entre 1150 y 1200. Otro punto importante es la tonelería. Se utiliza una de borgoña tostada a baja temperatura para que sume complejidad pero no se vuelva invasiva durante el año en que el vino madurará en estrecho contacto con la barrica. El resultante es un vino con capas, elegante y jugoso pero sin un excesivo protagonismo de la madera, con fruta negra ácida y toques de chocolate amargo.
Lo constructivo también es determinante para el estreno del Corte de Blancas. Aquí se decidió que cada componente fuera trabajado individualmente incluso con casi un mes de antelación para el caso del mayoritario Chardonnay (62%). A él se sumaron Sauvignon Blanc y una muy poco difundida Gewurztraminer. Pepe Galante es de la opinión de que esta última cepa se da muy bien en la IG San Pablo. Dentro de ella se usufructúa su altura y los viñedos de aporte están en 1400, 1500 y una cota máxima de 1750 msnm. No sólo se manejó por separado a cada varietal sino que mientras que tanto el Chardonnay como la Gewurztraminer fueron realizados con el método oxidativo al Sauvignon Blanc se lo protegió trabajándolo con gases inertes y sin maceración en prensa. Finalmente se cerró con un trabajo sobre lías de entre 6 y 7 meses antes de embotellarlo. La idea era combinar notas de flor y fruta blanca pero sin buscar untuosidad o notas melosas. Así este nuevo integrante de la familia Reserva se manifiesta fresco pero sin avasallar en tropicalismo. Se le nota buena fruta con flores como el azahar que se emparenta directamente con llamadas cítricas y de un elegantísimo leechi. Y todo cerrado con el aporte terroso, al fondo, de la Gewurztraminer.