Cuando se encara una guarda inmediatamente surge el problema de por cuánto será. Entre esperar una evolución ideal o la llegada de una fecha magna que lo justifique se van dilatando los tiempos del ansiado descorche. La histórica vinoteca Ligier bien sabe de esto al punto de venir acumulando grandes etiquetas durante más de 50 años y precisamente la semana pasada su responsable, Alan Dayan junto al especialista Fabricio Portelli decidieron sacar a la luz muchos de sus tesoros.
La primera Ligier Experience dió cita a 22 bodegas entre lo más granado de la industria local para que permitieran probar sus obras a una masa de entusiastas del vino, tanto aficionados como profesionales. La entrada luego se convertiría en una gift card para comprar vinos en Ligier ademas del regio souvenir de la copa Riedel con la que se proveyó a los asistentes para catar las maravillas que se desplegaron en Bagatelle, el restaurant capitaneado por Julian del Pino en las coquetas instalaciones del Hipódromo de Palermo.
Dado el nivel de la convocatoria muchos de los stands fueron atendidos por la alta oficialidad de las bodegas, desde ambassadors a winemakers, lo que tornó la experiencia más enriquecedora si cabe. Además, se le pidió a cada participante que no sólo mostrara sus etiquetas más selectas sino que también ofreciera alguna pieza única con cada cambio de hora. A continuación haremos un breve paneo de algunas de las exquisiteces que poblaron la velada.
La gente de Mosquita Muerta, además de sus reconocidos Blends, hizo foco en un Malcriado Malbec 2016 en botella Magnum. Como siempre aquí se destacan el perfil particularísimo de sus composiciones en tintos filosos con una porción levemente mayoritaria de Chacayes completado a partes iguales con aportes de Vista Flores y Gualtallary.
Los amigos de Zuccardi también fueron de la partida aportando su ahora bien reconocido Polígonos Malbec de Paraje Altamira 2018 en botella Magnum. Este vino tuvo una gran evolución desde sus primeras apuestas, totalmente en solitario, por el nervio antes que la estructura algo adelantada a su tiempo y al que ahora le llegó su publico.
Entre los clásicos de Mendel se destacó el Unus 2014. Este Blend de Luján de Cuyo cuenta con una porción mandataria de Malbec (65%) más Cabernet Sauvignon y un cierre de Petit Verdot. Típico del perfil suntuoso que caracteriza a los vinos de Roberto de la Mota, bien servido por el paso del tiempo.
Hablando de clásicos siempre es bueno revisitar a los históricos como Cavas de Weinert y Lagarde, compartiendo el espacio literalmente codo con codo y con sendos representantes destacados. En el caso de Cavas de Weinert con un miembro de su propia familia, Iduna Weinert, quien igualmente repartía copas que sonrisas. Con ella probamos un interesantísimo Carrascal Non Vintage, uno de los pocos ejemplos del mercado con assemblage de diversos vinos de distintas añadas. Por su parte Lagarde contó con Juan Cristobal Roby, responsable principal de su enología, escanciando su Primeras Viñas Malbec Gualtallary 2019 y su apreciado ícono el Henry Gran Guarda Nº1 2018.
También fue sensación entre los asistentes ponerse al día con lo último de Bemberg que, con sus líneas La Linterna y Pionero, granjean the best of the best de las viñas del Grupo Peñaflor de la sabia mano de Daniel Pi junto a la reconocida Master of Wine Madeleine Stenwreth haciendo su aporte en los Chardonnay y el Pinot de la bodega.