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En un mundo donde poco a poco se empieza a pensar en que los vinos dejen de diferenciarse por  sus cepajes para empezar a ser reconocidos por su Indicación Geográfica, la historia de Qaramy parece más que pertinente. Es que el proyecto de Karim Mussi (pick up truck winemaker, como le gusta reconocerse) está abocado de un modo totalmente conciso a contar Los Arboles, Tunuyán, Valle de Uco a través de los vinos que se producen en las 100 hectáreas que conforman la finca.

 

Mussi podrá tener una concepción muy atada a la tierra y a la consciencia de su chata ubicua, acarreando insumos y a su propia y contundente humanidad entre los proyectos surtidos a los que se aboca, pero no deja de permitirse una vena lírica en lo que a sus vinos se refiere.  Y aún en mitad de la cosecha de un año difícil por donde se lo mire, pudo llegarse hasta Vino El Salvador para compartirla,  regalándonos una cata guiada con una presencialidad que todos extrañábamos.

 

Qaramy hace patente su vocación literaria comenzando con su propio nombre: es el vocablo con el que los quechuas designan a la poesía. Y con su línea de vinos Mussi se ciñe a esa paleta de un centenar de hectáreas para crear su magia con apenas un puñado de tintas. Allí medran una población mayoritaria de Malbec secundado por Cabernet Sauvignon y un toque de Syrah.

 

«Creo que el concepto de elevage es una buena forma de explicar lo que intentamos hacer aquí-arranca Mussiesta elevación a la que se refiere el término podría traducirse por crianza, pero si nos atenemos a esta sola acepción estaríamos dejando otras cosas importantes afuera. La idea no se agota exclusivamente en la guarda que se le da a determinada cepa sino a un tratamiento más general que redunda en un expresión específica.» Esa intención quedó clara apenas se fueron desgranando las etiquetas de la cata. Se arrancó siguiendo este orden de «complejidad» en la construcción.

 

En primer término se escanció el Latido. Este es un Malbec cien por cien que se produce fresco y joven, pura fruta sin muchas vueltas y se cría sin ningún aporte de madera. A renglón seguido fue la hora de los Qaramy (como en Game of Thrones «los primeros de su nombre»). Son también un Malbec y un Cabernet Sauvignon netos. En el caso del Cabernet se hace uso exclusivamente de una porción de 8 hectáreas y de un paso por barrica francesa a la mitad del producido de 10 meses. Aunque la mecánica es igual para ambos es muy interesante notar cómo se destaca en ese mismo nivel el Cabernet con notas más redondas y un pimiento más verde que cocido. Sigue predominando una impronta fresca.

 

Finca y Alto marcan el paso a los cortes. Aquí se eleva la vara con dos tintos sofisticados, con buen nervio y concentración. Decíamos que Mussi apuesta en este proyecto por la elevación y vemos cómo entrega algo más complejo con diferentes cortes y distintas intervenciones de la presencia de barrica. En el Finca es un tri varietal con aportes de Malbec, Cabernet Sauvignon y Syrah que cierra con una crianza en roble francés de 12 meses. En el caso del Alto son sólo dos elementos, 90% de Malbec, cierre de Cabernet Sauvignon y 18 meses en barrica.

 

Casi fuera de escala podemos entender al Qaramy 600 como la crème de la crème. Se trata de una assemblage que debe su nombre a que, originariamente fue el producto de un par de barricas con un mosto mítico, por así decirlo, que alcanzaba justo para hacer 600 botellas. En la actualidad el concepto se mantiene pero se ha agregado un poquito más de barricas. «Es que descubrimos grandes cosas-comenta Mussiy queremos gozar de una paleta ligeramente mayor. De hecho el 600 sólo se produce cuando se cuentan con esos vinos de calidad superlativa y el assemblage no siempre es igual.» Ciertamente, para el caso el Qaramy 600 2017 está conformado por un 78% de Malbec, 15% de Cabernet Sauvignon y 7% de Syrah, todo cerrado con dos años de barrica.