Como el vistoso ganso al que refiere su nombre, la gente de Kaiken tiene la costumbre de producir sus vinos a ambos lados del Ande. Y esta participación con un pie en ambos mundos se refleja claramente en uno de sus últimos opus: el Cabernet Franc Obertura 2014.
Para la ocasión volvimos a tener el gusto de compartir la experiencia con varios miembros de la rama local de la bodega y con su enólogo Rogelio Rabino. La cita fue en el quincho sobre la regia vinoteca de Joaquín Alberdi, quien estuvo personalmente a cargo del asado que sirvió de excusa y marco para recorrer un par de etiquetas destacadas de la serie Ultra y experimentar generosamente con el recienvenido.
La influencia trasandina sin duda juega a favor de que este Obertura se desmarque de las características más representativas de la cepa. «Estamos trabajando mucho el manejo de la carga alcohólica junto con las condiciones calcáreas de esta zona de Vistaflores en altura– comenta su principal responsable- de hecho los cuarteles de donde proviene están literalmente en una posición muy difícil. Es terreno con mucha roca, que no hubiese sido económicamente viable remover y eso nos llevó a plantar en arbusto. Ésta es una técnica que se usa mucho en el Loire y Rioja pero que no vemos seguido en Argentina. Ademas teníamos un terreno en desnivel. Aunque no intentamos certificar como orgánicos, nuestros viñedos de hecho sí lo son. Y cierta actitud condescendiente para con los otros habitantes del terreno también nos trajeron unos cuantos problemitas extras con racimos que quedaban muy accesibles al estar más cerca del suelo.» En cualquier caso el punto es que valió la pena mantenerse contra viento y marea. El suelo tan magro y pedregoso le aporta a este Cabernet Franc una mineralidad que además de potencial de guarda se lleva de maravillas con las notas especiadas típicas del cepaje. Tiene un alcohol de 14,7 que le brinda un pasaje sedoso por boca. El terreno está a 1350 msnm lo que significa que los días son mayormente templados y las noches frías. Esta amplitud térmica acotada da como resultante una maduración más lenta de la bayas con un nivel de concentración muy interesante que permite que se formen notas de cerezas y frutos negros. En la coloratura de un rojo intenso se ven profundos reflejos violáceos.
En los 15 años que lleva entre nosotros, Kaiken ha ido girando su perfil altamente exportador hacia un equilibrio entre lo interno y lo externo. Este Obertura 2014 apuesta a desmarcarse dentro de un segmento muy competitivo con una propuesta donde lo que priva es la elegancia. Tintos amables con una fruta que trata de no quedar opacada por la barrica (francesa y siempre de tercer uso) pensando en reflejar con justicia ese rincón de Vistaflores por sobre todas las cosas.