Aunque en nuestra bendita ciudad las estaciones parecen no querer hacerse cargo, la gente del Palacio Duhau arranca en tiempo y forma con su carta de primavera. Y la novedad no se limita simplemente a sus platos sino también a la incorporación de un nuevo chef. El hecho de que Gioia sea parte de un hotel no ha sido óbice para que su carta y sus responsables vayan variando, ofreciendo siempre novedades tanto a huéspedes como a habitués.
Sebastián Grimaldi es el nuevo chef de Gioia. Como siempre el restaurant respeta la inspiración italiana, pero se puede ver el espíritu cosmopolita de su responsable. El derrotero de Grimaldi arrancó hace más de 15 años como chef de la Embajada Argentina en Estados Unidos. Cuando su labor allí concluyó, decidió mudarse a Nueva York. Allí residió, cediendo los fuegos por la docencia, hasta hace un par de años cuando volvió a la Argentina para dar un giro copernicano al hacerse cargo de Saurus, el restaurant en bodega de Flia Schroeder en San Patricio del Chañar. Y nada menos que en la vacante que dejaba Boris Walker, el reconocido chef suizo (otro individuo que cambió paisajes de forma contundente). Y ahora la experiencia en Gioia.
La noche arrancó con un menú de seis pasos, con mucho fruto de mar acompañado con el Gala 3 de Luigi Bosca. Expresamente Grimaldi admitió no comulgar demasiado con las cocciones al vacío, pero sin duda tiene bien claro lo que busca, ya que uno de los puntos más destacados de su propuesta tuvo que ver con la forma en que sus cocciones desafiaban las texturas más reconocibles del pulpo braseado y, muy especialmente, de un cordero increíble. También hubo pasta rellena con la presencia de unas batatas de marcadísima cremosidad. Allí ya entró a hacerse necesario un tinto de fuste. Así que el arribo de un Zuccardi Z fue providencial para acompañar el cierre de esta premiere primaveral en el restaurant más descontracturado del Duhau.