Ya desde el momento cero de su proyecto argentino Jean Bousquet declaró «vamos a ser orgánicos porque podemos.» Y, lo que hace más de dos décadas pudo parecer sólo una frase a juego con las posibilidades que ofrecía cultivar vides en un secano, hoy se ha convertido en la espina dorsal de Domaine Bousquet. La convicción de ofrecer productos orgánicos sigue vigente tal como pudo comprobarse en la última presentación de novedades de la bodega.
En el marco de Mudrás, el plant-based restaurant del momento, pudimos probar varias etiquetas de ediciones escasas, cuando no totalmente novedosas de la mano de su enólogo, Rodrigo Serrano Alou.
Para empezar se escanciaron las copas con uno de los poquísimos ejemplares remanentes de su Gaia Rosé 2020 Orgánico. «¿Por qué un rosado de Pinot Noir– arranca Serrano Alou– primero porque reconocemos a Gualtallary como un espacio donde se dan versiones de gran calidad de esta cepa. De hecho ya habíamos tenido experiencias con el Rosado Premium y con las bases para espumantes y veíamos mucho potencial para hacer algo más allá, con otro tipo de trabajo y un mínimo toque de madera. Así que fuimos modelándolo durante tres cosechas hasta que la 2020 salió a la luz y estamos muy contentos con el resultado. La idea era buscar un rosado con una boca más interesante, muy en el estilo de La Provence. Un rosado con volumen y peso en boca. «En su momento hemos hablado sobre las posibilidades de buscar un perfil nacional en los rosados dado que no tenemos una tradición propia o volcarse a la onda Provenzal. En este caso, por origen e interés, la bodega decidió hacer la búsqueda con el claro norte de esta última. Nada casualmente el enólogo estuvo perfeccionando sus conocimientos del estilo participando de la Feria Millésime Bio en Montpellier. El resultado es un vino harto elegante, de gran fineza de taninos y una estructura que por momentos recuerda justamente a un espumante de ese origen.
El segundo en hacer su entrada fue otro integrante de la serie Gaia, con todo su perfil de diosa griega y su cabellera à la Archimboldo llena de plantas y pajaritos y que, en este caso, además brilla en la oscuridad. Y lo diferente no se iba a hacer patente sólo en la etiqueta. «Este Malbec Nouveau con maceración carbónica podría decirse que en buena medida surgió de un capricho. Probé la versión de Vinyes Ocults de Tomás Stahringer y me encantó y quise hacer algo en ese estilo. Nos largamos y el primer año salieron unas 2000 botellas, repetimos en 2021 con la misma cantidad y esperemos que en 2022 podamos extender la línea y tener un poco más de volumen. El perfil que se logra claramente se basa en la expresión de fruta, muy marcada, más aún que en cualquier otro tinto. Es un vino salvaje, pleno de nervio. » Es, que duda cabe, un vino distinto donde «la fruta manda» merced a la fermentación intracelular que potencia esos aromas y sabores debido a la implementación de una baya lo más entera posible en un ambiente cargado de anhídrido carbónico en una primera instancia y que luego se completa con la fermentación alcohólica tradicional. Algo digno de destacar es el manejo de una graduación alcohólica potente que, entre la temperatura de servicio fresca y la buena integración puede pasar bastante desapercibida hasta para el consumidor más avezado.
En tercera posición hizo su entrada la novedad de la entente. Se trata del Domaine Bousquet Reserve Cabernet Franc 2020. La bodega ya había tenido una incursión en la cepa de cuyas cinco hectáreas plantadas en su finca en el Alto Gualtallary provenían las uvas de la versión de la línea de extremo superior Gaia. En este caso se buscó tipicidad, una encarnación más llana del varietal (el vino sólo tiene un paso por barrica de roble francés del 50% ) pero con buen potencial para el desarrollo en botella. Es de un rojo violáceo con pirazinas muy poco saturadas y que recuerdan más a la pimienta negra que a los ajíes carnosos.
Finalmente se cerró la velada con el niño mimado de los componentes del icónico Ameri. Recientemente en este mismo año se presentaron las cepas netas de las que se compone el celebrado assemblage y donde sin duda este Malbec se lleva todas las palmas. Un tinto regio que demuestra por qué ha sido siempre la columna vertebral del corte de tintas de más alto perfil de la bodega.