De la mano de Ignacio Goldin revisitamos algunos de los vinos más reconocidos que propone Algodón Wine Estates. En este caso arrancamos con dos de las cepas que mejor representan el primer escalón de su gama de tintos para después adentrarnos en un blend y cerrar con el vino ícono de la bodega, el reconocido Pima.
La propuesta de este emprendimiento enclavado en el corazón de Buenos Aires, más precisamente en el barrio de Recoleta concita el placer de alojarse en una bella mansión, con una acotada cantidad de suites que apuntan a un selecto grupo de viajeros que además pueden aprovechar la oferta gastronómica de su Wine Bar, descubrir sus vinos mientras almuerzan o cenan allí o disfrutar de su spa.
El tema de su búsqueda de satisfacer a los viajeros más exigentes no pasó desapercibido para la red de hoteles Relais & Chateau, que desde hace unos años cuenta a Algodón Mansión entre sus miembros. “Decíamos que el vino no es un complemento más de la propuesta de Algodón Mansión sino que es su columna vertebral– comenta Ignacio Goldin, anfitrión de la cata y responsable del área de Venta y Marketing de sus vinos.-Tenemos otro hotel boutique en San Rafael, un lodge en pleno viñedo. También existe la posibilidad de comprar parcelas para construir dentro del espacio de la finca. No es que se trate de que los propietarios formen parte de la bodega. Se les da la posibilidad de producir su propia etiqueta pero dentro de proporciones no comerciales.”
En cuanto a la producción de vinos, la zona de San Rafael en Mendoza posee características de terroir que le son propias e incluso, para dar a conocer entre nosotros esa producción, Algodón Mansión lleva ya algún tiempo patrocinando el salón (que se realiza allí mismo) Vinos de San Rafael.
En esta ocasión volvimos a degustar el Malbec de la bodega, pleno de fruta y con una cierta ligereza mineral típica de la zona. Otra cepa que se da muy bien es su Bonarda, la cual también probamos. Taninos amables y buena redondez son dos de sus características predominantes. Luego pasamos a su bi-varietal Malbec-Bonarda. A diferencia de lo que suele suceder con otros vinos de corte, donde se vinifica cada variedad por su lado para después proceder al assamblage en búsqueda de un emparejamiento que aporte ciertas características de cada cepa al producto final, aquí ambas variedades han sido maceradas juntas. Esto presenta un desafío extra, puesto que es sabido que los tiempos de maduración de tales uvas es distinto. El Malbec madura tres semanas antes que su compañera de mezcla. Salomónicamente se los cosecha juntos, diez días después de su punto al primero y diez antes de fecha de la segunda. A partir de allí se co-fermentan, dándole un carácter más integrado que el que se puede tener cuando sólo se mezclan los vinos terminados. Para cerrar un recorrido por los tintos de Algodón Wine Estate probamos su etiqueta ícono, el Pima. Esta palabra hace alusión a la mayor calidad de algodón que puede producirse y se elabora con cinco varietales de la finca, muchos de ellos provenientes de viñas plantadas en 1946. Cada integrante del corte ha sido microvinificado, un proceso sumamente artesanal que arranca ya desde la viña, donde se seleccionan manualmente las mejores bayas. Al Pima lo forman una selección de Malbec, Bonarda, Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot fermentada a temperatura controlada durante 60 días y que luego reposará en barrica por 24 meses. Aquí también este vino se destaca de otros íconos, que apuestan a una contundencia de paladar como para refrendar su rango. Sin embargo el Pima no parece tener dudas de su cualidades y no se apoya en ese vigor extremo, más bien prefiere optar por una acidez elegante, reflejo fiel de su origen sanrafaelino.