A veces el árbol amaga con tapar el bosque, como cuando las inmediateces de un San Patricio del Chañar nos distrae de los históricos pioneros del Alto Valle de Rio Negro en la matriz de los vinos patagónicos. Muy afecto a la Historia en general y a la de su propia familia en particular, Guillermo Barzi Canale es un libro abierto a la hora de reconstruir el derrotero de la industria vitícola al sur del río que el General Roca ungiera como cota sur. La ocasión fue durante un almuerzo en el Gourmand Food Hall de Patio Bullrich con la excusa de presentar su Old Vineyard Red Blend 2018, el primer assemblage de la línea.
Por supuesto el encuentro sirvió para repasar otras etiquetas de la bodega además de hilar anécdotas de una empresa familiar que tuvo (y tiene) un lugar preponderante en el desarrollo del Alto Valle. «Humberto Canale cumplió 110 años de existencia y esa misma historia es inextricable de la historia del desarrollo de la zona– comenta Barzi– El fundador era discípulo del famoso Ingeniero Huergo que formó parte de los primeros relevamientos del área propuestos por el gobierno de Julio A. Roca. Después de la Campaña del Desierto era necesario que se establecieran poblados y proyectos para desarrollar esas zonas. Mi tío abuelo se dió cuenta de las enormes posibilidades del Valle para la producción de vides y frutales así que se asoció con el propio Huergo y de allí nació la empresa hace once décadas. Luego de un tiempo el emprendimiento quedó completamente en manos de los Canale. Y, aunque la marca supo expandirse en diversos nichos de la industria alimentaria con ejemplos como mermeladas y los famosos bizcochos, nunca dejó su metier como productora de vinos de calidad.»
Esa tradición centenaria no reniega de la contribución de las nuevas generaciones, que siguen aportando ideas para reformular el perfil de la bodega. Esto es bien patente en el caso de la línea Old Vineyards. «La introducción de esta serie de varietales fue idea de mis hijos y también se liga a la familia por la intención de ir sumando a mis 14 nietos– continua Barzi.» Justamente la imagen de la etiqueta lo presenta a él de la mano de alguno de ellos e incluso se fueron sumando sus apodos como apelativo de cada vino. «Han habido varias anécdotas con respecto a esa imagen. Por un lado tuvimos todo un tema con nuestros distribuidores en el Reino Unido porque según sus costumbres les hacía ruido la imagen de un niño en la etiqueta de una bebida alcohólica. Y por otro conforme iban sumándose nietos los nuevos se quejaban de por qué no tenían ellos también sus vinos dedicados. Por suerte este último Blend me permitió zanjar la cuestión salomónicamente, con un aporte mayoritario de la Finca Los Borregos, con los que pude sumar a todos los varones.»
Con empanadas, achuras y carnes se fue dando el almuerzo, arrancando con el logrado Rosado de Pinot Noir de «Sol«. Aquí hay cruzamiento de nietas ya que el viñedo del que proviene el Pinot es «La Isabel» que fuera plantado en 1969 por los representantes del Barón de la Doucette, por aquel entonces buscando desarrollar una base productiva para Chandon fuera de Francia. Finalmente Chandon centró sus operaciones en Mendoza y los Canale pudieron comprar esas 400 hectáreas de las que hoy salen las uvas para este rosado de un salmón evanescente. Claramente la cepa se da muy bien en Patagonia y este rosado es un claro ejemplo. Hay mucha fruta roja jugosa, especialmente frutilla con muy buena acidez.
Luego fue el turno de otro de los destacados de la bodega, un excelente Riesling. «Si me preguntan diría que el Riesling y el Merlot (por supuesto además del reconocido Pinot) son las cepas que mejor representan las posibilidades del Alto Valle– afirma Barzi.- existe una marcada amplitud térmica, ideal para el ciclo de estos varietales.» La uva proviene de la Finca La Morita y fue plantada en 1937 lo que la convierte en el viñedo más antiguo del país de esta cepa. Las vides tan longevas tienden a bajar su productividad toda vez que conseguir una gran consistencia en su nivel de calidad. El resultado es uno de los mejores ejemplos de Riesling nacional que incluso llama la atención de productores alemanes. Es un vino con tonos verdosos, límpido y pleno de notas de fruta blanca, cítricos y una acidez con toques minerales que le aporta equilibrio y elegancia.
A la hora de los tintos llegó el momento del estreno del Blend de tintas. Se trata de un bi-varietal con aporte mayoritario del Malbec de Los Borregos (60%) más un 40 de Cabernet Sauvignon de La Morita. Es un vino de color granate vivo, con taninos redondos y amables que prometen una buena guarda. El paso por madera le aporta notas avainilladas y en el registro general se destacan confitura y toques muy maduros de frutos rojos. Con buen largo de boca será sin duda un gran aliado de carnes para nada magras o de caza.
Para el cierre seguimos con los tintos y con uno de los perfiles más representativos del tope de gama de la bodega, el Humberto Canale Gran Reserva Merlot 2015. El nombre Marcus fue y volvió, dejando la punta del espectro para pasar a denominar el entry level y ahora lo mejor de Humberto Canale llevará su nombre y apellido. El Merlot es una cepa arisca, que no siempre se da bien en el país pero que fue plantada con generosidad dada su popularidad en los vinos de corte del Viejo Mundo. Sin embargo en Gral Roca se logra un equilibrio que lo habilita para hacer una apuesta por el tope de gama. Se trata de un Merlot complejo y de buena concentración. Tiene un paso de 12 meses por barricas nuevas de roble francés y americano a lo que siguen seis meses en botella antes de salir al mercado.