Está claro que pocas cosas han sumado más a la idiosincracia de nuestros vinos que la sequedad y la altura. Especialmente cuando se refiere a los que se producen en las verticalidades del NOA en general y en ese Valle de las Maravillas que es Cafayate en particular. Varias veces nos hemos extendido comentando (y porqué no, ponderando) las bodegas que allí medran y sus productos. Estas particularidades de locación no siempre acaban siendo cien por cien ventajosas, especialmente cuando se dan sucesos como la tremenda granizada que cayó en Molinos en plena mitad del último diciembre. Esa fue una mala nueva para la gente de Altupalka que sufrió importantes pérdidas con el fenómeno.
«El tema resultó en que tuviéramos que replantear estrategias para arreglarnos con una cosecha que nos quedó corta.- comenta Alejandro Martorell, responsable de la bodega- justamente porque la finca de Valle de Carreras es la que produce lo más destacado de nuestras uvas. Por lo que hubo que barajar y dar de nuevo con lo poco que pudo salvarse de allí sumándolo a la producción de nuestra otra finca a la vera de la ruta.»
Así las circunstancias fueron marcando el camino para el arribo de un nuevo blend, de hecho el primero del portfolio de Altupalka. Hay que recordar que la bodega producía solamente tres etiquetas hasta ahora: un Malbec-Malbec con uvas de las dos fincas, un Sauvignon Blanc con uvas del viñedo más alto y un soberbio Malbec Extremo, producido en su totalidad en esas viñas a rotundos 2590 metros. A esta no por acotada menos destacable paleta se agrega un blend de tres elementos. Se trata de volver a sumar Malbec de ambas fincas más un Tannat con verdaderos Papeles de Recienvenido.
«La elección del Tannat surgió por los buenos resultados que pude observar en una bodega vecina. Allí la gente había experimentado injertando la cepa sobre una base de Torrontés. A tal punto me resultó interesante que decidí utilizar ese mismo clon en la finca de Cafayate. Hay que entender que aquí el Tannat no se parece en nada al típico de Uruguay, y en cierto modo, eso es una ventaja puesto que la gente arranca con ese preconcepto y se sorprende gratamente con el modo en que la cepa se expresa en la altura.»
Presentado entre amigos, más que nada, las pocas botellas que se pudieron degustar en la reciente Vinos & Negocios ganaron un protagonismo espontáneo que habla a las claras de lo interesante de la propuesta. Se trata de un vino muy elegante, vigoroso y redondo. El Tannat surge con buena fruta y un largo aterciopelado con taninos amables merced a su paso por barrica. A eso se suma un Malbec también a 1750 metros sin madera. Para cerrar un toque de Malbec Extremo. «Con el revés de la granizada nos ha quedado muy poco Malbec de arriba, así que este año sólo produciremos el blend, en un orden de 2200 botellas más o menos. Si todo funciona bien, como es de suponer, para la próxima quisiéramos apostar por las 5000 o 6000 botellas.»