Credo

«Creemos en una economía verde para un futuro sostenible» así arranca el lema que, como un mantra de respeto por el medio ambiente, viene refrendando desde su creación en 1994 la gente de Bodega Valle de la Puerta. Uno de los principales actores a la hora de poner en valor la IG Valle de Famatina, el grupo económico que la contiene, ha ido dando cuenta de su compromiso con las prácticas sustentables, desde sus recientemente reconocidas plantaciones de olivos (que acaban de ser certificadas con el sello de «Sustainably Grown«) hasta la incorporación de La Puerta Vino Orgánico, una nueva línea en su portfolio. Para hablar en extenso sobre los recienvenidos convocamos a su responsable enológico Javier Collovati.

«En rigor, si bien sí es un nuevo lanzamiento, estos vinos no son algo que recién surja ahora. Ya desde el 2023 comenzamos con esta línea pero hace años que veníamos vendiendo vino orgánico a distintas bodegas de lo que producíamos en Agrovid, una viña de 50 hectáreas a 15 kilómetros de nuestras plantaciones de Valle de la Puerta. Desde el comienzo ésta fue una finca que decidimos hacer orgánica por la morfología de sus suelos esqueléticos y donde de por sí las plantas no tenían mucho vigor, cargaban poca uva y se mostraban con buena sanidad . Tomando todo ello en cuenta nos decidimos a lanzar nuestra propia línea de vinos orgánicos. Tenemos Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah, Bonarda y Torrontés aunque para el arranque hemos elegido solo tres tintas: Cabernet, Bonarda y Malbec. Más adelante planeamos también salir con el resto de las variedades. El punto es que son diferentes de nuestras líneas más típicas, si bien tienen un estilo similar ya estamos hablando de una diferencia en el terreno, especialmente por el perfil arenoso, aunque apenas las separen unos pocos kilómetros

Tuvimos la ocasión de probar el Malbec 2023. Ciertamente se desmarca de las líneas clásicas de la bodega con todo dado para aspirar a extremo superior de su portfolio. Collovati nos comentó que, de hecho, en un principio estuvo en un rango de precio ligeramente superior al Alta pero que empezaba a competir con esa línea propia por la tímida aceptación que los orgánicos en general tienen entre el público menos avisado, así que ahora puede animarse a probarlos por el mismo valor. Como siempre con esto vuelve a darse un fenómeno idéntico al que se vió cuando algunos pocos especialistas pudimos probar los pininos de Valle de la Puerta y darnos con la agradable sorpresa de estar recibiendo más de lo que pagábamos por una botella, algo que pienso que el consumidor siempre aprecia. Se trata de un tinto ligeramente menos «gordito» que sus compañeros de escudería, muy bien de fruta y con un elegante largo de boca. Por supuesto que de color atestigua el rubí intenso fruto de una insolación privilegiada pero sigue con las sorpresas gratas de una complejidad fresca. Y con un muy prometedor futuro.

Deja un comentario