A esta altura de la soirée seguir sorprendiéndose por la asiduidad de novedades en el universo de los habanos sólo sirve para denotar una edad proba. Hoy día sus responsables están ojo avizor hasta en los deseos que los amantes del mejor humo de la Isla Grande aún no soñaron. Este prolegómeno parece apropiado a la inauguración de la nueva línea con que Romeo y Julieta celebró sus 145 años.
La Línea de Oro no sólo aporta a una de las marcas con vitolario más surtido sino que le suma un perfil nuevo a la sempiterna oferta media en el territorio de sabor. Este trío de regios sube un poco la vara apuntando ahora al medio-fuerte con tres piezas de gran belleza y contundente figura. Los recién llegados se dividen en dos parejos : Hidalgos (un impresionante cepo 57 x 125 mm), Dianas (52 x 145 mm) y Nobles, una exquisita campana of sorts de 56 x 135 mm.
En el rubro decoración la nueva línea suma una vitola de pie en todas sus versiones, lo que recuerda con justicia por qué también a la zona de encendido se la denomina boquilla. A juego con estos detalles las cajas de 20 unidades presentan un bellísimo laqueado entre rubí y rojo de sangre coronado con relieve en oro con el símbolo de los eternos amantes dentro de un sobre de terciopelo replicando el tono .
En cuanto a la fumada pudimos disfrutar un Hidalgo. Capa sedosa, flexible y de bello tacto. El cepo promete (y cumple) con una tirada más «fresca» que sirve para equilibrar si se quiere la mayor fortaleza de esta pieza. Buena complejidad que se potencia conforme se van escalando los tercios. Como se dice con ciertos vinos de Grand Cru creemos que pueden salir andando pero se escuchan por ahí voces autorizadas que apostarían por un poquito más de estiba. Grandes cultores de las «maravillosas ocupaciones» cortazarianas qué mejor que abocarse a ejercitar una paciencia titánica e ir probándolos separados en el tiempo.