Seria de toda seriedad, la gente de Salentein no es de andar improvisando. Ya desde su winemaker, José Galante, se entiende que cada una de sus creaciones ha sido debidamente meditada. Esto viene a cuento de un recienvenido, el primer Blend de su línea Reserve.
Para la ocasión se organizó una presentación y almuerzo para la prensa en uno de los coquetos salones del hotel Four Seasons donde, ademas de varios responsables de la bodega fue de la partida el propio Galante. » Esta fue una decisión muy meditada– comenta el winemaker- tenemos muy bien establecida nuestra línea Reserve, que hasta el momento sólo constaba de varietales netos. Sin embargo empezamos a notar partidas con gran potencial para elaborar un corte y finalmente nos decidimos por ello. También tenemos que reconocer que quizás este no fue el mejor año para encarar experimentos. Con el fenómeno de El Niño se registraron lluvias por encima de los 500 cm, virtualmente el doble del máximo registro histórico. Esto hizo que tuviéramos una amplitud térmica más acotada y que debiésemos extremar las medidas a la hora de decidir el momento de la cosecha. Incluso entre el Malbec de este corte hubo dos tiempos diferentes de vendimia.» Ciertamente todos los elementos del corte fueron de viñas en el Valle de Uco con principal protagonismo de El Oasis, que aportó el 55% del Malbec. El resto fue un 5% más de Finca La Pampa (cosechado un par de semanas más tarde en abril), un 30% de Cabernet Sauvignon y, completando el assemblage, un 10 de Cabernet Franc.
Decíamos que la seriedad de Salentein los hizo advertir sobre lo disruptivo de su nueva etiqueta y ya nos estábamos esperando una imagen a lo Michelini, cuando no. Resultó la elegantísima presentación en negro y bronce que ilustra esta página. Claro, esta es una etiqueta oscura con detalles en gris y bronce sobre las típicas color crema de la línea clásica.
Esta estampa diferencial también se hace extensiva al Blend propiamente dicho. Muy redondo, super amable y elegante. Se permite no sólo la infaltable fruta roja y los pimientos, en este caso más cocidos que verdes del Cabernet Sauvignon junto a florituras como los dejos de tabaco que suma la incorporación del Cabernet Franc. El resultado es un gran competidor en su franja (siempre la bodega está ojo avizor con la relación precio-calidad) Se desmarca con un precio por encima de la línea pero más que amigable al bolsillo si tenemos en cuenta lo logrado que está.
Como para replicar, homenajear y de paso también demostrar la amplitud de paleta que permite a la hora de acompañar la buena mesa se pasó a un menú cuyos platos constaban de tres ingredientes principales como el cordero, el choclo cremoso y los zuchinnis marinados o el postre de damasco a las brasas, helado de queso de cabra y pan brioche desecado.