Tradición y encanto retro y la última alianza tecno: no caben dudas de que a la gente de Tag Heuer le gusta tener un pie en ambos mundos. Y no sería algo como para criticar. ¿Porque renegar de una historia plena de logros que se han sumado a lo más destacado del diseño industrial contemporáneo o atreverse a dar los primeros pasos a la hora de integrar alta relojería con funciones de tecnología cutting edge en su alianza con un gigante vanguardista como Intel?
Y para muestra basta un botón con la reentré del célebre Autavia, llamado a hacer las delicias de los fans. Esos mismos fanáticos que participaron de la inédita Autavia Cup, un concurso virtual donde mas de 50 000 inscriptos participaron para elegir la versión que habría de materializar la edición del 55 aniversario de este innovador cronógrafo nacido con vocación de clásico.
Con un derrotero que nace en 1933 cuando Jack Heuer crea el primer cronómetro Autavia (una contracción que evidencia una vocación bifronte entre el automovilismo y la aviación) una pieza que en principio fue instrumental de tablero y que recién en 1962 se convertiría en un cronógrafo de muñeca. Por supuesto los Autavia vieron una pléyade de interpretaciones. Y entre todas ellas se les dió a elegir a los fans por medio de una consulta en redes. Y allí se alzó ganador el modelo Mark 3, más conocido por su apodo «Rindt» por ser el que usaba el piloto austríaco Jochen Rindt que brillara en la Fórmula 1 de los años 60 en un parnaso con estrellas como Clay Regazzoni o Mario Andretti.
De allí el look retro, con el strap de cuero envejecido y una carátula super clásica negra con los contadores en blanco, gran legibilidad y el detalle (harto innovador para un cronógrafo de la época) del bisel móvil. A no engañarse: hay innovaciones en esta reinterpretación. Por un lado la caja es más acorde a los tiempos que corren y pasó de 39 a 42 mm. Y dentro late un novísimo calibre Heuer 02, totalmente realizado in house.