Genialidad

Desde que Fidel entró a su auto y olió por primera vez lo que estaba fumando su chofer, el humo de un Cohiba sigue siendo el material de leyenda y anhelo para los amantes más fervorosos del mejor tabaco del mundo. Aquello que nació como un puro anónimo habría de convertirse primero en la fuma personal del Comandante, luego en souvenir exclusivísimo para miembros del Partido pasando como obsequio para mandatarios extranjeros hasta devenir la primera marca nacida en la Revolución.

Cohiba se ha convertido en la marca más importante en el mundo del tabaco y ha ido ampliando cada vez más una oferta hiperexclusiva que arrancó con tres vitolas de la línea Clásica, siguió adelante con la serie 1492 ( los célebres Siglos) y creó en 2007 los Maduro 5. Precisamente fue este último el que protagonizó una velada con cata en La Casa del Habano de Argentina.

Hay que recordar que no todas las líneas de Cohiba detentan la misma fortaleza. Específicamente los Maduro acusan un rango de medio a fuerte. Además de la excelencia en la elección y el tratamiento de las hojas de tabaco que lo conforman aquí el nombre surge de su capa que fue especialmente añejada durante un lustro y que ostenta un tono oscuro característico.

Se trata de un habano de cepo generoso en casi todas sus versiones y en esta ocasión tuvimos la suerte de probar los Genios, su ejemplar más contundente (52 de cepo y 140 mm de longitud). Algo que me llamó la atención, habiendo tenido la oportunidad de probarlos hace más de 15 años, fue que ahora parecían mucho más intensos que por aquel entonces. Destacando una fumada potente, muy sabrosa y con cierta cremosidad en el humo, a falta de una imagen más técnica para transmitir la experiencia. Se lo fue emparejando con destilados netos (un brandy y un single malt) hasta cerrar con un Negroni de factura clásica que, a mi entender, estuvo ideal para transitar el último tercio.

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