Desde estas paginas hemos dado fe de cómo el llamado de la viña es atendido por más y más emprendedores. Personas de actividades surtidas deciden hacer su intento en el negocio del vino con mayor o menor posibilidad de inversión y resultados diversos. El caso del joven abogado Sebastián de Diego, que acaba de hacer su entrada al ruedo hace apenas unos días, parece marcado por una velocidad de vértigo.
Lo que arrancó con un primer contacto con catas y afines de la mano del educador Gustavo Precedo, desembarcó en un propuesta fulminante para ver cómo ingresar en este mundo fascinante. «Siempre me interesó emprender proyectos -comenta De Diego– puedo decir que desde muy joven he ido probando suerte con resultados con sus más y sus menos. Incluso con mi profesión principal las cosas no siempre fueron bien y tuve que dedicarme por ejemplo a conducir un Uber hasta que el panorama mejoró y actualmente puedo contar con mi propio estudio.»
Apenas hecho ese primer contacto fue necesario sofrenar sus impulsos para medir bien los primeros pasos a seguir. Además de Precedo el incipiente bodeguero convocó a expertos como Gustavo Agostini para asesorar en la enología o la especialista en comunicación Inés González, entre otros. Todos pusieron su grano de arena para conseguir que, en las postrimerías del año. se pudieran presentar las primeras tres etiquetas de De Diego Family Wines en un almuerzo para prensa y comunicadores del vino en el restaurant Elena.
«En un primer momento, para poder salir al ruedo lo antes posible con la marca– sostiene Precedo– decidimos encarar una búsqueda tipo marchand, comprando vinos terminados que representaran el estilo que nos gusta y que esperamos reflejar en un futuro cercano cuando podamos producir con nuestros viñedos. De hecho ya existe una compra de 4 hectáreas propias en Valle de Uco de un viñedo plantado en 2000.»
Varios vinos fueron probados y dejados a un lado hasta que finalmente se optó por tres etiquetas: un Torrontés y dos Malbecs.
«Soy de la idea de que, antes que nada, el vino tiene que gustarle al dueño– afirma Agostini– así que lo primero fue probar una serie de muestras hasta definir un perfil que sintiéramos representativo y que dejara en claro hacia adonde íbamos a apuntar con nuestros vinos.»
Otra de las características del espíritu del proyecto tiene que ver con los valores familiares y la enorme importancia de las mujeres en la misma. «Siempre he encontrado fascinante el modo en que las mujeres aglutinan a sus seres queridos. -comenta de Diego– Veo una fuerza y resiliencia increíbles en todas ellas desde mi hermana hasta mi madre y, muy especialmente , mi abuela. Así que las tres estuvieron presentes al pensar nuestros vinos.»
Tal es así que Nuestro Lema Torrontés 2022 lleva en su etiqueta un dibujo de su propia madre recorriendo el viñedo. Aquí nos encontramos con una elección muy meditada puesto que se eligió un Torrontés del norte pero producido en Valle de Uco. Vemos la tipicidad pero relegada ante un estructura muy elegante con un peso de boca que no siempre se asocia con sus primos salteños. Hay buena acidez y buen balance entre flor y fruta. Dato curioso: no tiene paso por barrica pero sí un año de botella antes de salir al mercado.
El siguiente vino es un tinto que apunta a la gama media. El Mandato Malbec Reserve 2019 es un Malbec/Malbec con aportes de La Consulta y Tupungato. Aquí se ha sumado fermentación maloláctica y tres semanas de maceración para elevar aromas y estructura. También pasó 12 meses por barrica de roble francés de segundo uso. Es un tinto muy bebible, vibrante de color y con buena persistencia.
Finalmente fue el turno del Malbec de extremo superior. El Baluarte Malbec Gran Reserve 2017 también es un Blend, esta vez con la sumatoria de aportes de viñedos de 80 y 60 años de Gualtallary y Paraje Altamira respectivamente. Vuelve la maloláctica y a eso se le suman 4 semanas de maceración. Cierra con 24 meses de barrica francesa más otros 12 de guarda en botella antes de llegar hasta nosotros. Tiene un tinte ala de cuervo con una ligerísima turbidez que nos atrae a muchos y que no creo que, por su sutileza, espante a los menos avisados. Es un tinto muy elegante, con buen largo de boca y taninos jugosos. Tanto él como el resto de sus compañero de portfolio perteneces a partidas limitadas de 1200 botellas.