¿Tanta es la población de China que, en vez de contar con un zodíaco de 12 porciones, necesita dedicarle un signo completo a todos los nacidos en un mismo año? Bueno, las inclemencias de su presión demográfica están quedando tristemente de manifiesto a nivel sanitario por estos días donde, además, acaba de comenzar para ellos un nuevo año. Y es por eso que Panerai decide volver a dedicarle una edición especialísima de apenas 88 ejemplares (el 8 es considerado de buena suerte en su cultura). Se trata del Luminor Sealand «Year of the Rat» 44 mm.
Esta tradición arrancó en 2009 y ya está completando su cielo con el doceavo animal de la serie. Esa también es una de las diferencias con el zodíaco occidental, que solo tiene algunos. Otra es que los chinos se manejan por años lunares por lo que el comienzo de dicho año no siempre coincide con la misma fecha del calendario gregoriano y que en este Año de la Rata de Metal se cumplió el 25 de enero.
En cuanto al guardatiempos que nos ocupa, en todas las versiones de la serie se ha tratado de una misma base Sealand en acero cepillado con el agregado importantísimo de estar cubierto por una tapa articulada a las doce y que es el feature descollante con su bello grabado en sparsello, una antigua técnica que lleva el nombre de la filosa herramienta que se usa para realizarlo. Dicha herramienta marca surcos en la superficie del metal en los que se apoyan hilos de oro que irán rellenando las marcas mediante un suave martilleo. Es una técnica que contados artesanos son capaces de desarrollar y suele tomar no menos de 50 horas para ser aplicada.
Por supuesto que Panerai no puede renegar de su prosapia técnica con piezas pensadas preeminentemente para ser usadas por los buzos y marinos de la Armada Italiana, con lo que sus Luminor presentan rasgos típicos como las carátulas despojadas y muy fáciles de leer junto a su icónico guarda corona. Se trata de una una pieza en fondo plata, con solo dos numerales sobredimensionados en eje vertical y que en su cintura presenta, de izquierda a derecha, los segundos pequeños y un diminuto fechador. Dentro late un calibre propio de la marca, el P9010 cuyo barrilete doble le asegura un reserva de marcha de tres días. Viene con una correa de becerro dorado pespunteada a mano (y al tono) con opción para cambiarla por una en caucho para lo que también cuenta con una herramienta específica. Como la manufactura de Neuchâtel no puede más con su espíritu marinero, el interior de la bella tapa es un espejo de señalizaciones náuticas.