¿Es ponerse demasiado lírico traer a colación esta fábula a la hora de comentar un cambio de etiqueta? Tal vez, pero si se me permite la digresión quizás se pueda encontrar una manera de hacer más clara la línea de razonamiento que me llevó a pensar en ello. Para los que no la recuerden, la historia era que cierto rey muy afecto a los cambios de atuendo se dejó embaucar por un par de pícaros que le dijeron que trabajaban una tela tan etérea que parecía invisible y que por supuesto no podía ser vista por los tontos o los incapaces. Dado que nadie de los que se fueron cruzando con la presunta prenda se animó a admitir que no podía verla, finalmente el rey salió a un desfile con ella y no fue hasta que un niño comenzó a reírse ante el rey desnudo que el fraude quedó patente.
Se puede entender que, al contrario de El Principito, a veces lo esencial sí esta a plena vista. En el caso que me despertó todas estas disquisiciones, la totalmente nueva etiqueta de Fincas Notables de El Esteco, parecía que, dadas las bondades del vino que guardaban sus botellas, no hacía falta más que una mínima carta de presentación. Así lució desde su arranque con sólo un ejemplar, aquel magnifico Cabernet Sauvignon de La Urquiza. Detrás vendría un Malbec y hace apenas tres años un Tannat para cerrar la oferta. Estamos hablando de single vineyards de excepción como suelen destacar, con total justicia, tanto Francisco Telechea, ingeniero agrónomo responsable del bienestar y progreso de dichos cuarteles como el wine maker que les dió vida, Alejandro Pepa.
Una visita reciente a Patios de Cafayate, el bellísimo hotel que comparte espacio con algunos viñedos y la propia bodega de El Esteco fue un marco de lujo para volver a hacer una recorrida por estos tintos norteños tan contundentes como elegantes. Y conocer la nueva etiqueta con la que arranca el Fincas Notables Malbec.
Uno de los puntos destacables de este Malbec es que no sólo ha cambiado su fina estampa sino que también lo ha hecho su origen dado que las uvas de presentaciones anteriores procedían del Cuartel 1 La Colección y las del nuevo provienen de La Maravilla, una finca a 1700 msnm. Otra diferencia radica en que los viñedos de la primera datan de 1972, mientras que los de esta última son un poco más longevos, unos 49 años.