Aunque nuestros mayores nos hayan enseñado que lo importante es competir más allá de los resultados, qué lindo es cuando nos toca ganar. Y justamente en el mundo del vino, donde existe una enorme variedad de concursos, no todos los dictámenes pesan lo mismo. Gran conjunción, por tanto, es aquella que nos entroniza en uno de los más reputados, como lo es el Decanter World Wine Award. Además es un hecho del mercado que ciertas distinciones dan una gran mano a los productos laureados, junto con sus respectivas bodegas. A santo de su inclusión entre los 50 mejores vinos de la competencia del Bianchi IV Generación Gran Corte 2019 hablamos en exclusiva con el Gerente General de la bodega, Rafael Calderón.
«Antes que nada es muy importante entender la mecánica del concurso – arranca Calderón– En su 19°edición, un jurado compuesto por 250 referentes del mundo del vino, entre ellos 41 Masters of Wine y 13 Masters Sommeliers, evaluaron miles de muestras, en esta ocasión 18.244 vinos de 54 países en diferentes etapas clasificatorias, para concluir así en una muy restringida selección de lo mejor del certamen. Como parte de este riguroso proceso de evaluación que realiza Decanter Awards, los vinos se vuelven a catar hasta cinco veces antes de recibir su medalla, así los ganadores de Medallas de Plata se degustan para pasar a Oro, entre éstos -que ya cuentan con 97 puntos o más- surgen los de Platino. Pero la exigencia no termina allí, entre los mejores Platinos surge el ansiado ganador del máximo galardón del concurso, el “Best in Show”. Siguiendo este proceso, el premio más codiciado por todas las bodegas del mundo, el «Best in Show» está reservado exclusivamente para los 50 mejores vinos del año, a escala global.
Para asegurarse las mejores condiciones ambientales y evitar cualquier distracción, la evaluación de DWWA 2022 de Platino y Best in Show se lleva a cabo en la suite de degustación de última generación de Decanter. Allí, en una cata separada, cuatro copresidentes vuelven a probar todos los ganadores de Platino hasta determinar al mejor de los mejores.»
Es todo un reconocimiento para una línea que nació apenas el año pasado con la idea de celebrar el compromiso de la familia de Valentín Bianchi que arrancó allá por 1928. Aunque la bodega tuvo su base originariamente en San Rafael también ha comenzado a expandirse hacia el Valle de Uco, de donde proviene este Gran Corte de Parcelas de una única viña: Enzo. Siempre bajo la dirección de Silvio Alberto, su enólogo de toda la vida.
Ademas del gusto por ser reconocidos cabe recordar que dichos galardones tiene un peso específico como decisores de venta en ciertos círculos. «Los puntajes generalmente son muy favorables para las ventas– retoma Calderón– En este caso por tratarse de un certamen tan prestigioso lo que logramos también es un gran impulso en el posicionamiento de la marca global Bodegas Bianchi. Ser uno de los 50 vinos del año según Decanter despierta interés en muchos mercados. En este caso puntual toda la partida de “Bianchi IV Generación Gran Corte 2019” destinada a mercado externo ya está completamente reservada por los distintos clientes de Brasil, Estados Unidos, Inglaterra, Holanda y otros países de Europa, y eso facilita la venta e interés en otros productos del portfolio de la bodega.
Además, como mencionaba antes, estos reconocimientos ayudan a posicionar nuestra marca a nivel mundial, confirman nuestra estrategia de alta gama y potencian lo que estamos haciendo en nuestra nueva bodega Enzo Bianchi de Valle de Uco, elaborando vinos super premium. Pero no sólo es un éxito para Bianchi, cuando uno de nuestros íconos es reconocido internacionalmente también contribuye al posicionamiento del vino argentino en el mercado global.»
Este Bianchi IV Generacion Gran Corte 2019 arranca con una porción mandataria de Malbec (60% del Block 210) más un aporte de 35% de Cabernet Sauvignon del Block 203 con el Merlot del Block 207 cerrando la ecuación. Se han producido poco más de 7000 botellas además de 72 Magnum, 10 Doble Magnum y 5 Rehóboram of sorts dado que tendrían 5 litros en vez de los 4,5 que marca la tradición. Es un vino de un rojo sanguíneo, con un alcohol presente que también se hace patente merced a unas piernas largas y delicadas. Hay algo de violetas secas en la primera nariz con una punta como de mazapán. Ya en boca se muestra de taninos mordientes, con buena astringencia. Aparecen las frutas negras, las pasas pero sin confitura y una pirazina filosa de pimienta negra, toques de grafito y una acidez bien de Chacayes.