Se ve que la gente de Huentala, inquieta por naturaleza y anfitriona por vocación y hasta alternativa profesional, no veía la hora de comenzar a recuperar el contacto uno a uno. Con la inmejorable excusa de presentar sus novedades se encargaron de armar un cálido almuerzo en Sagardi regado por sus dos últimas incorporaciones anque dos estrenos que aún no llegan al etiquetado oficial.
Un blanco y tres tintos que se incorporan o están en trámite de serlo apostando específicamente hacia el extremo más alto de sus propuestas. Y para mayor valor agregado se pudo contar con la guía del padre de las criaturas, el enólogo José «Pepe» Morales.
Para abrir, tanto el juego como el apetito, llegaron unos pintxos, fríos y calientes, junto al nuevo Huentala Chardonnay 2020. Éste es un blanco de alta regalía, que se viene a unir a las otras versiones de la cepa que tiene la bodega sólo que apuntando hacia arriba. «Aquí comienza la línea de alta gama y para el caso se trata de un Chardonnay fermentado en barrica con uvas 100 x 100 Gualtallary provenientes de un viñedo que está a 1250 msnm. La idea, al sumar esta versión, fue la de hacer un Chardonnay de cierta complejidad donde encuentres toda la tipicidad pero sumándole la frescura característica de Gualtallary. Se le aplicó un batonage muy cuidadoso de entre una y dos semanas, haciendo un seguimiento mediante degustaciones constantes. «El resultado es un vino donde no parecen hacer mella ni la calidez de la añada ni la incorporación de la barrica. Hay un equilibrio muy interesante entre las notas de fruta blanca y una maloláctica completa que suma peso en el centro de boca pero con cero notas untuosas. Sigue prevalente la frescura de la IG y sus aportes de calcáreo con una seductora turbidez que no empaña lo vibrante de su color amarillo-verdoso.
Junto a unos entrantes de morcilla hizo su aparición el primer tinto de la entente, también fermentado en barrica. «De hecho este Huentala Cofermented Blend 2019 recurrió a la mezcla de un Malbec mandante completado con Cabernet Franc. Justamente el tema de la cofermentación hizo que debiéramos recurrir a algunos trucos en el viñedo para que ambas cepas pudieran llegar al mismo tiempo. Como el Franc es el más propenso de los a desequilibrarse si no se se lo cosecha en su punto justo fue al que hubo que alcanzar, así que terminamos estirando el momento del Malbec una semana más. Luego estuvo 14 meses en barrica. Éste no fue un número impuesto, más bien que lo determinamos por degustación. Cuando sentimos que la barrica empezaba a ganar demasiado protagonismo fue que lo sacamos.» En este tinto se vuelve a sentir una gran integración, tanto de la madera como del alcohol y una amalgama fluída entre los aportes del Malbec de la reconocida Finca La Isabel Estate de Gualtallary más el Cabernet Franc de La Consulta. Hay buena fruta negra equilibrada con una acidez que aligera y promete longevidad.
Como principal, tanto en la mesa como en las copas, llegaron los pesos pesados. Por el lado de Sagardi hizo su aparición el tan célebre como celebrado Txuletón, una pieza de carne de impronta homérica con todo y su ecuación de cocción entre los gramos de carne y las llamas de un fuego abrasador. «Con este Huentala Malbec La Isabel Estate 2019 buscamos reflejar lo mejor de nuestras barricas que se acercan mucho al Nirvana de lo que elegimos para nuestros Parcela. Ésta es la segunda cosecha, aunque será la primera en salir al mercado en un futuro muy cercano«-señala Morales– . Aquí estamos ante un ejemplo sumamente equilibrado de frescura y complejidad. Es un vino de textura, que envuelve la boca y que además presenta una ligera nota sucrosa que lo hace muy bebible.
Finalmente fue el momento de cerrar con el Huentala Block 03 Malbec 2019. Como habíamos aludido columna arriba los vinos de Parcela son, sencillamente, las joyas de la corona de la bodega. Aquí vuelve a hacer su aparición con su elegante etiqueta en grises y bronces el nuevo integrante de la serie que se inauguró con la sumatoria de los polígonos 19 y 20. «Ésta es la primera cosecha. La basamos en una selección de suelos en la que nos asesoró Guillermo Corona que, en buena medida, vino a ratificar algo que nosotros ya veníamos registrando en forma más empírica. Nos fuimos dando cuenta de que allí teníamos características muy particulares para el desarrollo de la uva. Uno la probaba y la notaba distinta, más rica. Así que cuando Guillermo lo confirmó mediante estudios de suelo y calicatas, decidimos que lo que habíamos apartado del producido de ese lugar iba a sumarse a nuestro tope de gama. «Aquí se siente una mayor apuesta a la tensión contra su predecesor, con una barrica que no va en desmedro de la nota fresca. Es una apuesta diferente que quizás, como comenta su enólogo, podría tener un poco más de tiempo en botella para ser completamente rutilante (de hecho se espera aguardar ese tiempo para lanzarlo al mercado) pero que en el cierre de esta pequeña demostración de maravillas ya daba muestras claras de su valía en ciernes.