La evolución de la viticultura nacional ha dado espacio a nuevas formas de concebir el vino. Yendo a la etimología profunda del término dicha concepción no sólo busca representar con justeza a la tierra en la que se forja sino también librarla de cualquier afeite. Puede sonar paradójico que esta evolución se refleje en retomar usos y costumbres del siglo pasado como los que propugnaba el humanista austríaco Rudolf Steiner.
Austríaco también resultó Andrej Razumovsky quien junto a Jérémie Delecourt y André Hoffman decidió crear Alpamanta siguiendo devotamente esos preceptos. Ya desde su nombre, una voz indígena que se traduce como «amor a la tierra» los responsables de esta premiada bodega de Ugarteche hacen auto de fe de una agricultura integral, natural y sin atajos.
» Alpamanta es una bodega orgánica y biodinámica desde el minuto cero– nos cuenta Victoria Brond, su responsable enológica. – y hace más de 15 años que abrevamos en dicha forma de agricultura. En principio se desarrollaron los viñedos de forma orgánica y después de tres años pudimos conseguir la certificación como tales.»
Además de ser reconocidos por las entidades del caso, como Demeter , BPM y Ecocert, la gente de Alpamanta ha decidido darle un perfil muy específico a sus creaciones: «Nosotros no clarificamos, no estabilizamos ni filtramos nuestros vinos– continúa Brond– los consumidores que nos siguen saben que el conservante natural que preferimos, en vez de los típicos sulfitos, es la borra. Por eso la utilizamos junto a microorganismos y levaduras autóctonas. Precisamente esto da por resultado una marcada turbidez que los aficionados a este perfil de vinos encuentran atractiva y llama la atención a los curiosos toda vez que los mostramos en ferias y eventos.»
Empezando con un ejemplo patente probamos el rosado de la escudería, el Alpamanta Breva Syrah Rosé 2021. Parece que se eligió el término breva como primer fruto del árbol (aunque éste sea una higuera) pero claramente no es por esta adición a su patronímico que se despega este vino de asombro, a la sazón el best seller de la bodega. En un verano pletórico de Pet Nats, al que parecería suscribir, por color, textura visual, embotellado y tapa corona, tamaña es la sorpresa cuando al pasar a escanciarlo notamos que no posee aguja, ni mucha ni poca, además de hacer gala de una estructura inusual entre los vinos rosados «Fue nuestro primer vino sin filtrar, estabilizar ni clarificar y ya lleva 10 cosechas. La elección del método de tapado fue pura y exclusivamente por su practicidad tan buena para los espumantes como para los vinos turbios. En cuanto a la estructura de este rosé se debe a un breve paso por fudres Stockinger de roble austríaco lo que lo vuelve más elegante, con buen peso en boca, mordiente y un perfil más gastronómico que el de muchos de sus colegas.»
La turbidez se notaba menos en los vinos tintos, aunque los dos que probamos compartían un tono violáceo ultra oscuro que no se suele ver en vinos naturales con algunos años de botella y por suerte cero de la nota «verde» de otras etiquetas sin sulfitos agregados. El Alpamanta Estate Malbec 2020 es vibrante, con la fruta bien al frente. Paso siguiente y cierre para su ícono el Alpamanta Respect Malbec 2021, muy elegante y equilibrado » Este es nuestro vino insignia y en él buscamos expresar la versión más acabada de lo que puede brindar nuestro terroir y para ello determinamos un método para reconocer el vigor y otras cualidades destacables en los racimos de poblaciones de uvas específicas. Así vinificamos los primeros racimos de los mejores cuarteles de nuestros viñedos con un 3% de escobajos seleccionados para redondear todo con 18 meses de guarda en barricas de roble francés.- » cierra la enóloga.