Una de las cosas de las que se podía dar testimonio al recorrer la manufactura Seiko en vivo y en directo es un sempiterno espíritu de optimización. Como ejemplo valga la última encarnación del célebre crono de la línea Prospex donde se ve cómo cada ajuste del movimiento busca una mayor eficiencia, reducir su porte o maximizar sus prestaciones. El Seiko Prospex Speedtimer SSC909 cumple todas estas condiciones mientras sigue rindiendo tributo al perfil de la serie nacida en 1969.
En una muy elegante caja de acero de 39 mm se destaca la carátula en azul hielo junto a los diales de cronógrafo contrastando en negro neto junto al detalle de una línea central de eslabones color antracita en la malla también de acero. Estos detalles le han dado partes de nombre y apelativos diversos. Por un lado el Crystal Trophy (dentro de una Edición Limitada tal vez un poco generosa en su concepción al contar con 10 000 ejemplares) como el tono de un trofeo celebrando logros atléticos varios, Ice Blue Panda por los diales en negro o Seitona por su particular remenbranza del clásico cronógrafo de Rolex.
El punto es que se trata de una nueva encarnación motorizada por un movimiento solar V192 (cuyas células de alimentación antes se ubicaban en el bisel y ahora lo hacen en los tres subdiales) y que, con su carga completa, puede brindarle una reserva de marcha de seis meses y que comparte su visualización en el dial a las 6 cuando la función de cronometría no está activada. Viene con segundos pequeños y un discreto fechador a las 4 30. A diferencia de sus antecesores este nuevo Speedtimer cuenta con cristal de zafiro abombado por encima y plano por debajo, lo que brinda un efecto de distorsión muy peculiar además de taquímetro en el dial en negro pleno.