Como una verdadera entronización del diseño asistimos al triunfo de la pizarra en blanco. Un formato tan atractivo como básico que sirva para explayarse tuneando esa figura madre. Allí descuellan las prístinas botellas de un vodka sueco o los perfiles de una serie de relojes de plástico, pero Made in Switzerland. También en el campo de la relojería, pero ahora apuntado a una opción ciertamente más clásica, nos encontramos con las últimas encarnaciones de un best seller que llegó de Japón.
El Orient Bambino (FAC8001T) está , sin duda, entre lo más popular y exitoso de los modelos de la manufactura nipona. No sólo posee un perfil tan reconocible como versátil sino que se destaca por una serie de features que lo posicionan como un interesantísimo best buy toda vez que un inmejorable punto de entrada al mundo de los relojes automáticos.
Pese a su impronta vintage se trata de una serie que nació con el siglo y que ya lleva cuatro generaciones, siendo una de las diferencias más destacables el hecho de que a partir de la segunda todas poseen cuerda manual. El perfil de caja ha ido creciendo con el tiempo hasta los 42 mm de la edición que comentamos en estas líneas y dentro late un calibre in house F6724 con una reserva de marcha en el orden de las 40 horas. Todas las cajas están realizadas en acero inoxidable pero la técnica de empavonado de PVD le otorga una gran variedad de acabados que garantizan tanto calidad como duración. Por regla general presenta juego de tres agujas con fechador, aunque algunas versiones ofrecen open hearts y hasta segundos pequeños. En el modelo que ilustra esta nota vemos numerales minimalistas con agujas dauphine aunque también pueden venir con dígitos en relieve romanos y arábigos. La malla, de un inusual ancho de 22 mm, es de cuero genuino. El fondo puede oscilar entre una versión plana o de tartera invertida y todos los cristales del frente son minerales y en forma de domo.
Una de las cosas que realmente llama la atención de los Bambino es que virtualmente corren solos en el andarivel precio-calidad para un reloj automático de arranque. Están los puristas que creen que, como reloj de vestir, podría ser un poco más pequeño (como en su generaciones anteriores) o que el fechador le quita línea a la carátula. La verdad es que, tan pronto entra a tallar el tema precio, todas esas quisquillosidades salen por la ventana. Estamos ante un ejemplar harto noble que, como suele suceder con las manufacturas japonesas, tiene una enorme atención al detalle y hasta «trabajo de más». Si uno opta por las configuraciones más tranquilas, sin dudas el Bambino es un gran reloj de vestir. Mientras que, si uno acaba inclinándose por perfiles más risqueé como el que tenemos aquí, se verá que gana en versatilidad merced a la combinación de colores, el ancho de una correa con detalles y ligeramente sobredimensionada, o el volumen de una carátula tipo Constellation.