No todo es cuarteto, fernet y cerveza en los gustos de los mediterráneos. También gozan de una larga tradición produciendo vino merced a los jesuitas y sus corrientes colonizadoras.
A partir de allí, si bien el vino cordobés no le era extraño a sus conciudadanos, también cargaba el sambenito de no ser considerado de lo mejor, especialmente con la fiebre de reivindicación varietal que se hizo patente antes y después del arranque del nuevo siglo. Hacía falta un catalizador, algo (o alguien) que pudiera articular los saberes de las generaciones anteriores con la inquietud por crear vinos que destacasen por derecho propio. Y un buen ejemplo de esto es sin duda Gabriel Campana, tercera generación de trabajadores de la viña.
Formado en Mendoza e Italia, Campana enseguida volcó sus conocimientos en su patria chica aportando para diversos proyectos. Incluso en 2011 junto a Daniela Mansilla y el productor Danilo Fantini de larga trayectoria en la zona de Tronco Pozo, Colonia Caroya, crearon el Patente X “Como tenemos un gran afecto por el lugar donde vivimos, creemos en nuestra tierra y su gente, definimos orgullosamente a nuestros vinos como VINOS DE BARRIO, que para nosotros representan la unión de una expresión de la naturaleza, la tradición local y la aplicación de nuestros conocimientos técnicos. No digo que se trate de una sabiduría ancestral pero cierto es que en mi familia yo mamé y ví en acción el trabajo de mi padre y mi nono. Y de a poco, dentro de ese marco, estamos tratando de reivindicar algunas variedades que trajeron los italianos como el Verduzzo Friulano o la Refosco dal Peduncolo Rosso, de las que existen muy pocos ejemplos en el país.”
Patente X refiere juguetonamente al reconocimiento entre cordobeses cuando sus autos salen de la provincia y ratifica aún más y por si hiciera falta esa identificación con su lugar en el mundo. Para el caso se producen tres etiquetas, todas de Corte. Una versión joven, un Gran Reserva y un Pasificado (de edición única). Siendo que en total rondan las 3000 botellas y son muy accesibles de precio suelen quebrar stock de una añada a la otra. Como avant premier podemos comentar los dos primeros, que saldrán al mercado en junio próximo. El Patente X 2019, si bien es un vino joven, eso no ha sido óbice para que tuviera sus buenos 8 meses de estiba en botella pero sin paso por madera. Es un Blend a partes iguales de Cabernet Sauvignon y Malbec. Tiene muy buen agarre que, en una primera boca, podría confundirse con una mínima aguja pero que no lo es y buena fruta. El Gran Reserva es un corte de 50% Cabernet Sauvignon, 30% Merlot y 20% Malbec. Aquí si se nota el aporte de 18 meses de barrica y otros 10 de estiba en botella. Es un tinto de buena concentración, con alcohol presente, fruta tipo ciruela, toques de chocolate y especias ahumadas. Se beneficia con la oxigenación y me atrevería a proponer decantarlo. Y ahí sí surgen más fruta y notas de confitura.