Como siguiente etapa de la puesta en valor de los vinos nacionales y la entronización de la varietalidad de finales de los 90 ahora asistimos a la proliferación de terruños a lo largo y ancho de nuestro amado país. Desde los blancos de régimen oceánico a los también blancos que se le atreven al Paralelo 45 vemos una pléyade de nuevos lugares donde practicar la viticultura. Muchos de estos viñedos están surgiendo en zonas inéditas aunque también vuelven a por sus fueros distritos productivos que los menos avisados podrían creer fruto de esta nueva oleada. Precisamente ese es el caso de Entre Rios.
El tema fue que, hasta mediados de 1930, la provincia mesopotámica era la cuarta productora de vinos de la Argentina. En medio de una crisis económica que desplomó, entre otras cosas, el precio del vino que seguía produciéndose al mismo ritmo, el gobierno de Agustín P. Justo propuso una injusticia: la infame Ley 12.137. Dicha norma desarmó íntegro todo el marco productivo del vino entrerriano, incluso con una inusitada violencia al punto de quemar viñedos y destruir alambiques. Y este estamento legal se mantuvo vigente hasta que, a instancias del diputado Augusto Alasino, fue derogado en 1993.
Ahora las bodegas de la provincia comienzan a regresar, sin prisa pero sin pausa, y proponen mostrar el fruto de sus apasionados esfuerzos a través de Entre Rios, Entre Viñas, una exposición para celebrar el vino entrerriano que se llevará a cabo en la Bodega Robinson de Concordia los días 12 y 13 de setiembre.
Para promocionar el evento (que ya va por su quinta edición) la gente de la Asociación de Vitivinicultores de Entre Rios (AVER) junto con los responsables del turismo en la provincia armaron una degustación en la Casa de la Provincia en capital.
«La prohibición fue una verdadera tragedia, tanto para la economía local como para muchas familias entrerrianas, entre ellas la mía – recuerda María Jesús Vulliez, Presidenta de la AVER y titular de la bodega Vulliez Sermet – mi abuelo fue testigo del cierre de nuestros viñedos con apenas 18 años. Por suerte esa misma juventud le posibilitó la alegría de volverla a ver en funcionamiento.» De su bodega pudimos probar una interesante versión de Marselan, una de las cepas por la que más apuestan los mesopotámicos, y un Tannat, otro varietal permeado desde el colindante Uruguay. «Tenemos mucha influencia del país vecino, si bien hay temas morfológicos como su predominancia de piedra, contra los perfiles franco arenosos nuestros, igual nos aportan una experiencia que no podrían ofrecer por ejemplo los enólogos cuyanos, acostumbrados a trabajar prácticamente el el desierto.»
Esa vecindad también redundaría en las propuestas de Tannat, que junto a la Marselan, buscan convertirse en íconos de la zona. «Hay que entender que la erradicación tan violenta de los viñedos literalmente imposibilitó que ahora podamos recuperar nada de ese patrimonio vegetal– comenta Leonardo Ortiz, propietario de Vinos María y Rene y gran difusor de esta movida- Así que tenemos que esperar la evolución de los viñedos habiendo partido literalmente de cero.» Un buen ejemplo fue probar en contrapunto un Tannat de Ara, de Viñedo Los Aromitos contra uno de Guazuncho. «Hay un claro perfil de evolución por las plantas del primero que son más longevas mientras que con el Guazuncho estamos ante viña muy joven y por eso vemos un perfil más fuerte, algo áspero si se quiere.«
Decíamos que la Marselan también es protagonista en el vino entrerriano. «Es una cepa que aquí se da muy bien y por eso nos la propusieron tanto la gente del INV como los colegas de Uruguay– cuenta Teresa Courault de Familia Lugea Courault – además estamos apuntando a volverlos un diferencial mesopotámico.» De su bodega probamos un Corazón de Buho Blend de Tintas con dicho varietal como protagonista más Tannat y Merlot. Es un tinto bien amable y redondo de taninos. En medio de novedades que no paran justamente su bodega fue elegida como una de las dos viables para certificar su producción como orgánica. Un desafío más a la hora de sumar valor en este regreso con gloria de los vinos de Entre Rios.