La reciente incorporación de Franco Colapinto, joven, bien parecido y sobre todo simpático, ha vuelto a poner a la primera categoría del deporte motor entre las formas de comenzar un domingo a deshoras. Lejos, lejísimos, quedaron los rasgos impertérritos de un Reutemann, a quien sacarle una pole position era tan difícil como arrancarle una sonrisa. Sin embargo era nuestro crédito y se volvió, por supuesto, causa nacional. Ahora el ingreso de otro argentino a la Formula 1 parece refundar el interés y ampliar las bases de los devotos de los fierros.
Es justo en este marco que hace su reentré un reloj que tuvo gran repercusión entre los aficionados, el Tag Heuer Formula 1, ahora reencarnado como Solargraph. Sin duda los que vean su imagen volverán la memoria a los 90, donde tuvo su momento de gloria. En rigor de verdad hablamos de un modelo creado en 1986 y que aunaba el ADN suizo con colores cancheros, buenas prestaciones y un precio amigable. El modelo original salió en aquellos días para celebrar una incorporación doble: la asociación del Tag a la marca Heuer más su exclusividad como cronometrador oficial de la Formula 1, responsabilidad que también este año volvió a la manufactura.
La idea original de los Tag Heuer Formula 1 era ofrecer relojes de cuarzo muy bien hechos y con toda la onda que se le atrevían, sacrilegio de sacrilegios, a un bisel de…plástico! Precisamente iba a ser esa característica la que le daba un aspecto muy peculiar puesto que a poco de usarlo se cubría de arañazos. Además hacía gala de una caja bastante pequeña para la incipiente ola de oversized que se avizoraba en el horizonte y que le garantizaría también usuarios del bello sexo.
Parece lo más lógico que, luego de aquellos movimientos de cuarzo, ahora se los motorize con el calibre solar TH50-00, que reacciona apenas con diez segundos de cualquier fuente de luz y que, con 20 horas de exposición, su carga completa, garantiza 6 meses de marcha. En cuanto a su estampa vuelve por supuesto el bisel, ahora en biopoliamida, lo que mejora algo su resistencia al rayado con una caja en acero en 38 mm, ligeramente mayor que el modelo original. También se ve mejorada la opalina típica de los fondos donde descansan los numerales de 6, 9 y 12 con la forma de escudo de la marca más las infaltables agujas Mercedes.
Pensándolo por asequibilidad y potencial coleccionable la línea completa ofrece un gran surtido de variantes, combinaciones de materiales y códigos de colores que irán saliendo a la venta exclusivamente a partir del gran premio al que estén dedicados. Por ejemplo el que ilustra esta nota fue lanzado en mayo en el Gran Premio de Miami.