Pese a que recién comienza a asentarse la polvareda que levantó la vorágine de los eventos de fin de año no hay que por ello dejar pasar algunos momentos destacados. Esto viene precisamente a cuento de la presentación de un Malbec especialísimo con el que Trapiche celebra sus 140 años. En el fragor de tantos brindis y celebraciones Trapiche recreó su Estación 83 (el bar de vinos con tapeo que tienen en bodega) con Pablo Antoyan de Todo Brasas en los fuegos y el sempiterno marco del Abierto de Polo, un evento que la bodega acompaña desde hace años.
Recreando aquel espacio, por supuesto que la clave iba a pasar por un toque descontracturado con la mismísima ambassador de Trapiche, Adriana Huck, recibiendo a los invitados con cocteles de vino tirado. Ya sentados a disfrutar de la velada fue el turno de Sergio Casé para capitanear un recorrido por alguna de las etiquetas emblemáticas que la bodega ha ido creando para celebrar sus distintos aniversarios.
«En estos 140 años Trapiche ha tenido un protagonismo fundamental en la historia del vino argentino– desgrana el enólogo- desde su nacimiento con la familia Benegas, pasando por las innovaciones revolucionarias de la presidencia de Sarmiento, que la dotó de su propia terminal ferroviaria para poder darle alcance nacional a sus vinos, hasta volver a pertenecer a otro grupo familiar con la llegada de los Bemberg. Cada paso de esta historia se refleja precisamente en el vino y aquí haremos un recorrido por marcas señeras como Fond de Cave, aquí con un Chardonnay Reserva o el Medalla, un corte de tintas que fue creado en su momento como la línea que habría de celebrar el primer centenario de la bodega. O el Gran Medalla que también nos acompaña y que jalona el hito de nuestro cumpleaños 125. Justamente rindiendo tributo a esta tradición es que ahora presentamos este Malbec de Malbecs 2017 creado con aportes de lo más graneado de nuestras viñas y recurriendo a algunos de los valles más reputados de la producción nacional.»
Precisamente la estrella de la velada fue un Malbec regio que sólo se presentará en botella Magnum numerada dentro de una edición limitada de 5100 ejemplares. La pertenencia a un grupo tan vasto le dió a Casé y su equipo la posibilidad de contar con un surtido de terroirs de altísima calidad con la que componer un todo superador con la suma de partes por demás destacadas. Hay una porción mandataria mendocina donde se recurrió a viñedos del Valle de Uco, más precisamente de Gualtallary y Pampa El Cepillo más uvas del sanjuanino Valle de Pedernal más algo del norte en altura de los Valles Calchaquíes. El resultado es un vino bien intenso de color. Hay fruta fresca delante y notas de evolución muy sutiles las que, junto a una acidez refrescante, dan garantía de unas posibilidades de guarda superlativas.