¡Bienvenidos a un nuevo Día del Malbec ! Más allá del hecho histórico que sirvió de puntapié inicial para que lo celebremos en su versión criolla es una buena excusa para que recorramos sus posibilidades y reflexionemos sobre ellas. A cuento de esto fue un gusto volver a reunirnos con la gente de El Esteco para recorrer sus versiones de nuestro tinto en altura en una cálida mesa chica.
La cita fue en un verdadero oasis de otro tiempo enclavado en pleno microcentro. Se trata del Restaurante Bistró 1745 (Viamonte y San Martín) número que hace alusión al año en que se creó el Convento de las Catalinas que lo contiene. La idea original era hacer uso de su bello patio, algo que finalmente no pudo concretarse debido a un tiempo que no acompañó. Sin embargo la segunda opción también se destacó teniendo la mesa puesta en las galerías internas del convento. El marco sirvió para rememorar los patios que están dentro de la bodega en la zona de Cafayate y seguir con la ilusión de estar allí viajando con sus vinos.
«En El Esteco– arrancó la ambassador Adriana Huck – tenemos un oferta de versiones de Malbec que arrancan casi directamente en un perfil premium hasta expresiones que rotundamente alcanzan esa categoría. Trabajamos con un producto de gran calidad y por eso queremos trasmitir esta idea de una experiencia lujosa pero sin oropeles. Que el disfrute tenga que ver con una cuestión intrínseca de calidad y de representación cabal de un terroir mágico.»
Cada vez más lejos quedan los mitos que sindicaban a los tintos del norte como vinos ásperos e injundiosos, aunque nunca está de más seguir predicando ante los consumidores con la prueba contante y sonante que son sus vinos para refutarlos. «Contamos con un buen número de versiones de Malbec dentro del marco de los Valles Calchaquíes y estamos muy atentos a ofrecer una información constante sobre los frutos de nuestras mejores viñas. Tratamos de difundir este mensaje incluso desde el mismo arte de las etiquetas. Sin ir más lejos aquí vemos la versión «de extremos», un Blend donde la imagen esta signada por la presencia de un cardón en la que vemos las inclusiones de las zonas que lo componen con sus respectivas cotas, Chañar Punco en el brazo mas alto y Cafayate en el más bajo. Otros vinos hacen referencia a su zona de origen. Vemos el frente de la bodega en los Estate, una vid muy longeva en los Old Vines o una ficha más técnica en los Fincas Notables. Justamente en estos últimos podemos decir que abonamos una suerte de filosofía de boutique, aunque para algunos no resulte tan claro con una bodega de la envergadura de El Esteco. Y sin embargo estamos hablando de la producción de un solo huevo, unas 3300 botellas, por partida y que es algo muy acotado para los volúmenes tÍpicos de nuestra producción.»