Que la premiunización del portfolio no nos quite aflojarnos el moño y presentar cosas ricas, divertidas y descontracturadas. Esa bien podría ser la idea detrás de un trío novedoso que se suma al marco de Misterio de Finca Flichman.
Para dar fe de sus intenciones estos nuevos integrantes fueron presentados en formato cocktail en la sucursal Recova de Sushi Club y con la introducción a cargo de su creador, Rogelio Rabino.
«Llevo apenas dos vendimias (que es como medimos el tiempo los enólogos)– comentó Rogelio, Head Winemaker de la bodega- y los desafíos no faltaron. Ya de movida arrancando con un vino homenajeando los 111 años de Finca Flichman. Sin embargo, además, hubo espacio para abrir el juego y permitirme algunos gustos. Estas tres nuevas etiquetas de Misterio presentan vinos pensados para acompañar momentos porque a mí, como a cualquier otra persona, también me gusta disfrutar de un encuentro con amigos con vinos ricos que se puedan apreciar en lo cotidiano. Si bien la línea ya existía estos nuevos integrantes en realidad se presentan, digamos, dentro del proyecto pero son totalmente distintos. Buscamos seguir ampliando la oferta con opciones novedosas pero asequibles. Hacía un tiempo que el mercado de Europa del Este nos había pedido algún Malbec trabajado como blanco. Por otra parte estaban mis ganas de armar algún blend de blancas con las opciones más que interesantes que tenemos en nuestras fincas. Y lo de la Ancellotta (el único tinto entre las novedades) era como una suerte de materia pendiente. Bien que, como es característico de su naturaleza, la habíamos podido sumar al corte del Aniversario. Pero yo siempre quedé con ganas de hacer algo específico con ese varietal. Así que cuando el equipo sintió que había que sumar un tinto a los nuevos Misterio, se puede decir que la opción estaba cantada.»
Lo relajado de la propuesta y su presentación hicieron que se pudiera ir y volver sobre los vinos mientras se iba comiendo.
Arrancamos por el White Blend. Se trata de una combinación de Barrancas (un terroir muy representativo de la bodega) con su aporte de Chardonnay y Viognier más la presencia de Tupungato en la sumatoria del Semillón y Sauvignon Blanc. Es un blanco seco y fragante, con flores blancas y toques cítricos. Una acidez elegante sin obstrucciones de madera para dejar que campeen la frescura y la fruta.
El segundo lugar fue para el White Malbec. Como siempre con este estilo se suele dar una cierta mezcla de expectativas, subvertidas por el hecho de haber sido vinificado como si fuese uva blanca. Está la nariz austera con alguna nota de fruta roja, junto a una acidez que al llegar a la boca recuerda más a ciruelas remolacha que a los típicos descriptores de bayas.
Y finalmente la niña mimada del winemaker. Esta Ancellotta se destaca por su presencia de fruta muy al frente, como de Bonarda, pero con taninos con un poco más de mordiente. Ultra intensa de color pero con buena estructura. Algo ideal para irle ampliando la paleta de sensaciones a los aficionados más núbiles o a los que estén buscando alternativas a los tintos con fruta roja jugosa.