Con apenas cuatro hectáreas plantadas en 2011 Finca Las Marianas hace su entrada en el mercado local. El punto es que este emprendimiento dentro del complejo de Dragonback Estate, apuesta a la concreción de vinos de gran amabilidad pero contando también con una calidad superlativa. Para el caso sus responsables convocaron a la prensa a una presentación en La Malbequería para degustar tres tintos de su creación.
Raymond Jannas y su esposa Mariana Rosa decidieron arrancar su aventura vinícola dentro de este espacio, el mayor country con esta temática del mundo, ubicado en el Alto Agrelo, a 1050 msnm. Jannas es un Doctor en Geología formado en la Universidad de Harvard, algo que ciertamente lo ha dotado de un backround robusto a la hora de juzgar las posibilidades de un terruño » Y esto fue lo que hizo que nos decidiéramos específicamente por esta zona– explica- existe una base aluvial (hago el distingo porque mucha gente de la industria prefiere el término aluvional) que da suelos con clastos de roca de tamaño entre mediano y grueso a unos 20 cm de la superficie. Este tipo de suelos, además de obligar a la planta a extender sus raíces en profundidad la obligan también a elegir qué parte debe alimentar preferentemente. Ello hace que, ante esa escasez de recursos la planta opte por dar preferencia a las bayas en vez de la canopia, algo excelente a la hora de buscar uvas de calidad cuando se pretende producir vinos de alta gama.» En Las Marianas se plantó mayoritariamente Malbec (un 70%) seguidos por Cabernet Sauvignon y pequeñas parcelas con Cabernet Franc, Petit Verdot y Bonarda.
Aunque ni Raymond ni Mariana tenían experiencia previa en este rubro sí poseían un inveterado buen gusto, algo que ayudó a que comenzaran a perfilar su producto aún antes de hacerse asesorar por expertos. Por caso el de su winemaker, el enólogo Juan Manuel Gonzalez, con un amplio recorrido dentro de la industria y bajo cuya firma se encuentran proyectos boutique de gran calidad como 1924 Viña de Angeles. «Fue de gran ayuda que ambos tuvieran una idea clara de lo que estaban buscando, además de que por supuesto el Alto Agrelo es un terroir repleto de posibilidades– comenta Gonzalez- Hemos tenido algunos problemitas con el cambio climático, que ha hecho que la zona comience a sufrir unas heladas impensables hace no mucho tiempo. Eso nos trajo problemas en el 2015 y, si bien el 2016 fue incluso más duro, el haber decidido tomar las medidas de infraestructura necesarias nos salvó de pérdidas aún mayores al punto de haber salido mejor parados que cuando enfrentamos el primer contratiempo.» Para sumar buenos aliados a la propuesta, al no contar con bodega propia, los vinos de la finca se producen en el establecimiento de viejos conocidos de los seguidores de este espacio, los Sanchez Salomón.
Hablábamos de que se trata de una propuesta de alta gama y así lo atestiguan las tres etiquetas disponibles en la actualidad. Para empezar un Malbec, el Duet y dos Gran Reserva uno de ellos Malbec y el otro un Blend. Todos comparten un perfil de inspiración bordolesa del Medoc, léase vinos con buena tensión, elegantes y peligrosamente bebibles. Para que elegancia no sea sinónimo de acartonamiento se eligió dotar a las etiquetas propiamente dichas de un sino tan colorido como juguetón merced a los buenos oficios de la diseñadora local Lorena Arias.
Un misterio develado que Raymond claramente no se podía guardar. ¿Por qué la finca apela al plural si en la ecuación entendemos que existe una sola Mariana? «Ella es tan geminiana como yo, así que podemos decir que con pensar en una sola Mariana no alcanza.»