A poco de cerrar su mes, el Malbec sigue haciendo gala de su versatilidad al punto de poder fungir, también, como blanco. Cierto que hace algo de ruido que se versione como tal a una cepa que, aún en su Francia natal donde no fue para nada apreciada, era considerada un aportante de color a ultranza. Pues bien, ahora la gente de Andeluna se le atreve con una versión especialísima para su serie de Ediciones Limitadas.
Dentro de las escasas incursiones de distintas bodegas en dicho apartado se ve que este Andeluna Blanc de Malbec 2022 tiene ambiciones y sofisticación.
“Gracias a nuestra constante búsqueda por la innovación, lanzamos al mercado nuestro primer Malbec Blanco, un vino que busca dar a conocer la gran adaptabilidad de nuestra variedad insignia, logrando un Malbec único en su estilo. Es una cepa tan noble que otorga un vino atractivo en cualquiera de sus versiones, blanco, rosado o tinto – ” explica Manuel González Bals, Enólogo de Andeluna.
Sin duda que evitar el tema del color no ha sido una preocupación menor. «Y por eso se buscó una parcela en la que la fruta estuviese muy protegida de la luz por las hojas de la vid y en la que la irrigación de agua fuera mayor que la de un viñedo en el que la uva va a ser destinada para producir vino tinto. Para elaborar un vino blanco a partir de uvas tintas, se deben separar pieles y semillas previamente a la fermentación. También en este caso se realizó una disminución intensa de la temperatura del líquido, dejándolo en unos 4ºC, lo que hace que lo que pueda haber de color precipite al fondo del tanque de acero inoxidable – » concluye el winemaker.
A la hora de enfrentar esta etiqueta el tema del color ya queda claro incluso antes de verterlo en la copa merced a una botella totalmente translúcida donde campea un tono amarillo ligero, límpido, con reflejos metálicos. Al acercarlo a la nariz sorprenden flores y frutas blancas muy intensas que sin embargo no descuellan tanto en la primera boca. Hay una carga alcohólica bastante importante pero bien integrada de modo que no molesta. La prescindencia de fermentación maloláctica habla a las claras de la búsqueda de un perfil fresco y cero untuoso. A diferencia de otras versiones donde se cuela para descolocar alguna nota de fruta roja como remembranza del verdadero origen de este blanc de noires, aquí predominan jazmines y azahares junto a peras y duraznos blancos. Sin embargo entre el alcohol y la acidez se las arreglan para compensar tanto impromtu brioso, equilibrando un vino llamado a enloquecer cualquier cata a ciegas.