No llegaron a pasar seis meses desde que De Diego Family Wines hizo su primera presentación en sociedad. En aquel momento, con el asesoramiento de Gustavo Precedo y Gustavo Agostini (enólogo con muy buen rapport con las burbujas) decidieron salir a la cancha estilo marchand al proponer tres vinos ya terminados bajo sus propias etiquetas. Este momentum tan intempestivo puede haber sonado a puro impulso y a hacer temer por su continuidad. Y sin embargo aquí estamos, a una semana del Día Internacional del Chardonnay presentando este nuevo blanco de la bodega con un almuerzo para la prensa en las coquetas instalaciones de Tertulias Palacio de Vinos.
«Ciertamente no nos hemos detenido – arranca orgullosamente Sebastián De Diego responsable, junto a su hermana Yamila, de la bodega que lleva su nombre – si bien este evento hace foco en la incorporación de nuestro primer Chardonnay van a poder observar que nos hemos encargado de la elaboración de nuestros vinos, incluso todos nuestros tintos provienen de viñedos propios. Seguimos proponiendo vinos que representen los valores familiares, algo que siempre fue inseparable de nuestro principio de empresa. Como con el ejercicio de la abogacía, donde elegimos formar un proyecto desde cero en vez de sumarnos a algún gran estudio, con estos vinos seguimos apostando reflejar las convicciones familiares que son nuestra columna vertebral.»

Durante el almuerzo pudimos volver sobre los tintos de De Diego, arrancando con Nuestro Lema Malbec 2024, el entry level de su portfolio redondo y con buena fruta, seguido del Mandato Reserva 2021, donde suma el aporte de madera y los cuatro años de estiba y cerrando por todo lo alto con el tope de gama de la escudería: el Baluarte Gran Malbec 2020. En rigor fue un cierre en tanto y en cuanto los tintos se encargaron de maridar el almuerzo y se decidió dejar al protagonista del evento para un aparte a los postres.
«Estamos ante un Chardonnay de Tupungato – nos cuenta Gustavo Agostini, responsable enológico de la bodega – con pasaje de seis meses con madera de primer y segundo uso, pero donde apostamos más por la acidez y la frescura que por la nota untuosa. Cuando ingresamos al mercado nuestro único blanco estaba en Nuestro Lema, nuestra línea de entrada (este Torrontés no se repitió porque no nos pareció que la nueva cosecha estuviera a la altura de lo que queríamos) mientras que este nuevo blanco pasa al siguiente nivel. E incluso nos parece que podríamos subirlo al escalón del Baluarte en un futuro cercano.»
Este Mandato Chardonnay 2024 ya arranca enamorando desde una transparencia límpida con apenas toques amarillo metálico. De perfil fresco pero sin resignar elegancia, con apuesta a la tipicidad basada más en fruta que en flor, frescura sin tropicalismo, con toques de ananá pero más del corazón que de la carne dulce. Promete para pensar en un upgrade. Ahora cuenta con una producción acotada de 4200 botellas.