¿Se les puede ocurrir algo más acorde a la altura del año? La graciosa conjunción de calor y temporada de fiestas y piletas rompe en un clamor por bebidas frescas, agradables y sin vueltas. Parece mentira que ya hayan pasado 12 años desde el día en que la gente de Chandon presentó la primera encarnación del Delice en el Yacht de Puerto Madero. En aquella ocasión se había invitado al ínclito Tato Giovannoni para que propusiera unas mínimas alianzas para sumarle al hielo, totalmente innovador, y que resultó en la adición de peladuras de pomelo (favorita de quien suscribe), hojas de albahaca o rodajas de refrescante pepino.
En esta nueva entrega se sigue buscando una situación de consumo lo más directa posible así que este Delice Rosé sólo pide la sumatoria de unas buenas piedras de hielo.
Los Delice han tomado la punta en el rubro y aquí además adicionan un tono rosa vibrante que es lo que se lleva este verano desde los vinos más tranquilos a, por supuesto, los diversos espumantes del mercado.
Como es costumbre este nuevo producto posee una serie de elementos innovadores. Está conformado por Malbec, Chardonnay y Pinot Noir de Luján de Cuyo y Valle de Uco cosechados en febrero y se lo corta con un inédito licor de expedición basado en Semillón y Sauvignon Blanc. Esto, más la elaboración mediante el método Charmat dejan en claro la intención inclaudicable de que prevalezca la fruta.
En boca se cumplen todas estas promesas con unas notas de sauco diferenciales más las de cerezas y frambuesas que eran de esperar cerrando con flores de azahar y toques cítricos.