Estar volviendo

Ya en el dulce «Nocturno de mi Barrio«, el Gordo Pichuco se quejaba de quien sostenía que él se había ido cuando siempre estuvo ahí, como volviendo. Y quizás otro tanto podría decirse en el caso de Navarro Correas. Percibida de suyo como una bodega naturalmente asociada con vinos de gran calidad quiere volver a por sus fueros sin renegar de ajustes de estética y de estilo. Es en medio de esta importante movida que convocaron a la prensa en pleno ATP de Buenos Aires (donde son sponsor) para contar lo que se viene.

«Navarro Correas es una bodega centenaria y pionera en los vinos de calidad– comenta Yazmín Edi, Brand Manager de la marca-además de tener un destacado lugar con sus espumantes, en lo que hemos llegado a imponernos como líderes del segmento. Sin embargo esa misma trayectoria no termina de encontrar el espacio que deseamos comunicar, la forma en que queremos ser percibidos por el consumidor. Por eso estamos encarando una serie de ajustes y acciones para transmitir lo que entendemos es la imagen actual de Navarro Correas. En cuanto a las acciones estamos participando con sendos espacios exclusivos acompañando deportes como el polo o el tenis.» Ciertamente la experiencia del «Ojo de Navarro Correas» ofrece una opción veramente inédita a la hora de disfrutar de un match. «Incorporamos una unidad especial, con una ubicación privilegiada, con asientos que se reclinan, aire acondicionado y la posibilidad de, por ejemplo, tapear mientras se disfruta de un espumante helado. Todos sabemos que antes era muy duro tener que estar al rayo del sol por lo que pudiera durar un partido de tenis.» Conscientes de la coyuntura de las inclemencias de las temperaturas tropicales que asolan nuestra ciudad Navarro Correas no sólo apuesta al espumante bien frío sino a su incorporación en tragos que refresquen.

Además de ese espacio la bodega cuenta con un resto-vip donde se puede comer y probar las distintas etiquetas que ofrece la marca. Justamente allí se armó un pequeño almuerzo para recorrer algunos clásicos reversionados junto al estreno del nuevo ícono de Navarro Correas, Juan de Dios Gran Vino de Corte 2013, que rinde tributo a su creador. Para ello contamos con la Brand Ambassador del Grupo Peñaflor, Carolina Garicoche encargada de dirigir la cata. «Ya desde las etiquetas se notan los cambios en líneas como Alegoría, Structura o la Selección del Enólogo– comenta la reconocida sommellier- pero esto no se agota exclusivamente en lo estético. Hemos realizado algunos ajustes en el estilo de nuestros vinos, buscando referenciar la tradición que nos ha traído hasta aquí pero con un enfoque más moderno y ajustado a lo que los consumidores buscan en este momento

Y para graficarlo, bien podría servir el primer ejemplo. El Alegoría Blend de Chardonnay baja algunos peldaños de untuosidad pero sin renegar por completo del paso por madera y ganando en frescura merced a una mayor acidez. A renglón seguido fue el turno del Cabernet Sauvignon de la misma línea que, probablemente junto al Structura Ultra Gran Blend, sean dos ejemplares más de la vieja escuela. Aquí ambas combinaciones, la de los Cabernet más representativos y la de un corte con porción mayoritaria de Malbec podría decirse que apelan a los perfiles históricos de estas etiquetas y serán muy celebrados por los más conservadores. O nostalgiosos. A continuación la Selección del Enólogo con su apuesta por la sedosidad y la sofisticación. Se trata de un vino de corazones con, de nuevo, una presencia definitoria de Malbec seguido por Cabernet Sauvignon y apenas un toque de Petit Verdot que provienen de Altamira, Gualtallary y Los Árboles, respectivamente. De un rojo sangre profundo se destacan las notas de frutas ácidas como ciruelas y membrillos y toques de grafito de una mineralidad que aligera y le aporta frescura al conjunto. Finalmente llegó el turno de Juan de Dios Gran Vino de Corte 2013. El nombre hace alusión al fundador de Navarro Correas, aquel que plantó sus primeras vides en 1789. La etiqueta se regocija de su prosapia noble dándole especial preponderancia a los leones heráldicos, uno de los rasgos distintivos del escudo de armas de la familia y que busca ser reivindicado por la nueva estética. Aquí se escogió un perfil más europeo, ligero, con taninos de gran elegancia que parecen venir a sintetizar la charla, la cata y el espíritu de una bodega que estuvo, está y acepta el reto de seguir evolucionando para sus seguidores.

 

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