Pletóricos de espíritu patriótico a la gente de Trapiche se le ocurrió la feliz idea de aprovechar la Semana de Mayo como marco para presentar en sociedad la última versión de su Fond de Cave À Temps Malbec. Puesto que este vino es un verdadero hijo del tiempo y la paciencia nada mejor que reunirlo con el punto exacto donde la Argentina comenzó a vivir su propia historia.
La cita fue enfrente al Cabildo desde donde, además de apreciar la vista del entrañable monumento, arrancaría una breve excursión (con guía incluída) para desgranar parte de la historia incipiente de nuestro país. Como habitante de la ciudad uno tiende a escapar de este tipo de tours que, sin embargo, muchas veces terminan aportando algo al paisaje que se piensa sabido de memoria. Ciertamente también fue un bonito aliciente que la ruta estuviese regada con muestras de aguardiente o émulos del Gran Hit del Virreinato: el vino Carlón.
Hablando en serio es muy de agradecer el trabajo que se tomó la gente de la bodega para armar una salida más que interesante y con una amable atención a los imperativos sanitarios de la hora. Y el periplo terminó en plena calle, enfrente a la dirección original donde se reinventa El Baqueano, ahora reformulado como Transhumante.
Esto iba a servir a dos manos, puesto que siempre está bueno volver a probar la alta cocina regional en la que suele abrevar su chef Fernando Rivarola más dar una prueba cabal de que el Á Temps tiene ambos ojos puestos en la gastronomía.
«Este À Temps que estamos lanzando es el segundo lote en lo que a Malbec se refiere, el primero salió hace tres años junto a un corte de Cabernet Sauvignon– comenta Sergio Casé, responsable de su creación- Es una sumatoria de grandes añadas. Aquí predomina la 2009, con un 70% más un 25% de 2007 y un cierre de 2011. Obviamente no es un vino que se saque todos los años, o que vaya a ir presentándose con añadas consecutivas. Tenemos ya algunos lotes embotellados y podría decirse que, además de su excepcionalidad hay que tener en cuenta la capacidad que tienen de bancarse todo este tiempo de estiba. Fijate que el miembro más joven del corte en noviembre está cumpliendo una década. La clave está en que hacemos estas mezclas con potencial y que representan partidas de grandes vinos. En la medida en que vamos probando entre los 12 o 13000 barriles que tenemos en la bodega siempre hay algunos lotes pequeños de dos, tres o hasta ocho barricas que realmente son espectaculares y que da pena sumarlos a algún Blend. Nos enamoramos tanto de esos lotes porque reconocemos que tienen algo diferente. Entonces los guardamos en barricas y los seguimos de cerca a medida que pasa el año. Por ejemplo la 2007 estuvo cerca de 24 meses y se la bancó perfectamente así que teníamos esos barriles y justo después encontramos la partida 2009, que resultó siendo la de mayor proporción. Fue una cosecha excelente, marcada por una gran amplitud térmica con noches muy frías. Armamos el corazón del Corte con este gran vino (que llevó unos 18 meses de paso por barricas de roble nuevo). Y para cerrar le pusimos un pequeño toque de 2011. Esa partida sí no tuvo nada de madera, la sumamos apenas macerada, aprovechando otro gran año donde descollaba la fruta fresca y sirvió también para rejuvenecer el color.»
El resultado es sorprendente. Este À Temps se presenta con la ambición de una guarda recomendada de cuarto de siglo y desde lo que podemos apreciar a casi diez años de embotellado no parece una idea para nada temeraria. Se trata de un vino muy europeo en tanto y en cuanto apuesta más a la tensión que a la concentración. Tiene una vivacidad tanto en color, de un violeta límpido y vibrante como en una acidez que lo vuelve sumamente fresco. Nada caprichosamente se le buscó compañero con un locro que, midiendo por los dos parámetros más excluyentes (contundencia y sabor) iba a campear en el paladar como malón fortinero. Y lo acompañó muy bien, demostrando su clara vocación gastronómica «Aquí creo que mostramos el respeto y el desafío que suscita estar al frente de una bodega con tanta historia. Tenemos la capacidad de sacar cosas modernas, nuevas y a su vez mantener viva la esencia de la bodega, presente en todos estos grandes vinos.»