Pese a que Seiko nunca le ha brindado a sus creaciones más que un número de serie para andar por la vida no es menos cierto que una calurosa red de aficionados no se ha quedado corta a la hora de bautizarlos extraoficialmente. Monster, Tuna o Turtle son algunos de los apelativos con que sus usuarios gustan nombrarlos, especialmente en el mercado estadounidense. Entre tanto título no faltaría la hora de que apareciera un Shogun cuya última versión acaba de desembarcar entre nosotros.
Este Seiko Prospex Diver’s Titanium «Shogun» (SPB189) se suma a la saga que arranca allá por los inicios de 2010 y que despertara gran ambición entre los adeptos a la manufactura japonesa toda vez que aquellos primeros ejemplares fueron creados para ser distribuidos exclusivamente en el mercado interno. O sea que uno podía verlos pero no hacerse de ellos a menos que tuviera algún conocido en la tierra del Sol Naciente.
Para beneficio de los entusiastas de esta rotunda pieza de buceo la última encarnación del Shogun está al alcance de la mano. Nada casualmente se le ha dado un sobrenombre tan regio a este imponente reloj-herrramienta. Como suele suceder con Seiko tenemos un modelo que pivota sobre los rasgos originales con variaciones muy atendibles. Si bien sigue presentando una caja en titanio aquí sus medidas pasan de 42 a 43.5 mm. Al fechador se le ha sumado una lupa cyclops y algunos de los numerales indicados por puntos han pasado a piezas cuneiformes. Se repite la aguja horaria con cabeza de flecha y el minutero tipo obelisco/mandoble super legible. Un detalle muy atractivo es que el dial tenga el primer cuarto de hora típico en negro mientras que el resto tiene un tono broncíneo muy original y que se repite en el segundero. Pese a su contundencia posee una muy buena ergometría lo que, junto al hecho de ser de titanio, lo vuelve sumamente cómodo de usar.