Don Manuel Villafañe fue un soldado español que llegó al Virreinato del Rio de La Plata en 1611 con la encomiable tarea de proteger los embarques de oro de los piratas ingleses. No tenemos registro de cómo le habrá ido en ese menester dado que los ingleses vendrían directamente a intentar ocupar estas colonias unos dos siglos después. De lo que sí tenemos noticias es del hecho que Don Manuel se aquerenció al punto de, tras su retiro, mudarse a Mendoza y convertirse en pionero de las vides nacionales. Aquel proyecto que supo servir con exclusividad a la curia, proveyéndola de vinos de misa, poco a poco fue ampliando su público entre las gargantas sedientas de los nuevos colonos.
En la actualidad, con bodega propia desde 2008, sus sucesores siguen refrendando esa saga. Sobre este y otros temas hablamos con su responsable enológico, Juan Pablo Vivo.
«La bodega esta ubicada en El Paraíso, Maipú, Mendoza.- arranca el winemaker- toda nuestra producción es propia, lo que significa que tenemos el control desde el viñedo hasta la botella final. Allí tenemos 52 hectáreas plantadas con Chardonnay, Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Petit Verdot y un poquito de Merlot que, como se ha dejado de comercializar como varietal, sólo usamos para algunos cortes. Dentro de nuestro portfolio existen tres líneas: una joven, sin paso por madera, llamada Don Manuel Estate, luego una Reserva con 12 meses de barrica y otros 6 de estiba en botella y en nuestra alta gama tenemos un Gran Malbec cien por ciento, un Gran Reserva y el IV Centenario. Estos dos últimos son Blends y son los unicos vinos en los que no se respeta a rajatabla los porcentajes de cosecha a cosecha, que van ajustándose dependiendo de la calidad actual de cada una de las partes del corte. Pero siempre participan los mismos vinos: Malbec, Cabernet Sauvignon, Franc y Petit Verdot. A veces son tres y a veces son cuatro, es algo que vamos decidiendo mediante degustaciones y clasificación de los vinos. En cuanto a la comercialización, el mayor porcentaje va al exterior. Nuestro mercado abarca Estados Unidos, Inglaterra y China mientras que en Latinoamérica estamos en Brasil, Mexico y recientemente sumando Panamá donde estamos cerrando un tema de registro de marcas.»
Dentro de su amplia variedad de etiquetas decidimos hacer foco en dos de su extremo superior. «En el caso del Gran Malbec– continua Vivo– es de un lote que tenemos donde se hace una poda para dejar muy poca carga e incluso, si hace falta, sumamos un raleo de racimos. Pasa 18 meses por barricas francesas de primer uso.» Aqui vemos como la baja cota del viñedo aporta buenas notas de fruta con taninos bien redondos y una estructura presente pero que no atosiga.
«En el caso de nuestro Blend Icono IV Centenario estamos ante un corte donde cada vino se trabaja por separado. Aqui se replica el paso y los usos de barrica de nuestros otros vinos de extremo superior en capacidades de 225 litros para luego pasar un año más de estiva en botella. Todo lo que menciono de tiempos de guarda son relativos, pueden ser un poco más o menos acorde a la evolución del vino.» En este corte se nota sobremanera el protagonismo del Petit Verdot, secundado por el Malbec más un aporte menor de Cabernet Sauvignon. Hay mucha especia y fruta negra al frente con muy buen largo en boca. Ambos vinos ofrecen buenas perspectivas de guarda.