Muchas veces la industria del vino nos cuenta historias de gente de los ámbitos más diversos que acaban cayendo en el hechizo del canto de sirena de las viñas. Generalmente estas epopeyas marcan un profundo cambio en la vida de sus protagonistas que, a la postre, suelen arrastrar amorosamente a sus familias consigo. Viendo ya el mismísimo patronímico que campea en sus etiquetas queda más que claro que todo el proyecto de Couce Vineyards es un verdadero labor of love.
Aunque suene a italiano en realidad los títulos de AleGra forman un acrónimo con los nombres de sus fundadores: Alejandro y Graziela (con zeta). Fruto de los sueños febriles (literalmente) del primero a poco de comenzar su relación y en plena alucinación en un hospital de Rio, Alejandro le pidió a su futura esposa que lo acompañara en la búsqueda de un lugar donde ambos pudieran crear vinos de altísima calidad. «Con eso en mente– comenta su creador- fuimos pensado en diferentes lugares hasta que nos dimos de narices con un espacio en Los Chacayes que resultó igual de amor a primera vista de lo que sugiere nuestra propia historia. Fue probar las uvas y decidir inmediatamente que ése iba a ser nuestro viñedo.» La zona en cuestión es una parcela de unos pocos acres en The Vines donde, con la realización de Pablo Martorell en la enología y, muy especialmente, el expertise de Mariana Onofri como directora de vinos, la simpática pareja inició su periplo en la industria.
Así como AleGra hace alusión a sus dueños, el apelativo de su vino de entrada AlaMela refiere a los hijos de la pareja. «En rigor de verdad la idea de entrada a nuestro portfolio merece la aclaración de que es la opción más joven de una saga que por el momento cuenta sólo con dos integrantes – nos dice Mariana Onofri – y donde la vara está puesta muy alto. Hablamos de un Malbec 100 por 100 Chacayes con 8meses de paso por barrica.»
Estos vinos recién arrancaron su carrera en 2020 y representan una producción acotadísima de unas 2500 botellas entre ambos y que han sido acogidos con gran entusiasmo en el mercado internacional. Precisamente nosotros tuvimos la oportunidad de acceder a ellos en una cena en Overo Bar (por lo pronto uno de los escasísimos espacios que los cuentan en su carta). La excelente cocina del amigo Pol Lykan incluso arrimó exquisiteces por fuera de sus platos habituales como una sopa de queso gouda con una suerte de croutons de fainá y un pie de hongos, hierbas y alguito de salchicha parrillera. Y bien que era necesario afiatar las recetas puesto que los protagonistas eran muy peculiares. En el caso de AlaMela nos encontramos con un perfil mineral y filoso, bien Chacayes, como también buena fruta y una acidez muy elegante y compleja. Esto nos iba predisponiendo para el segundo presentado. El AleGra Reserva acusa 22 meses de crianza en barrica más otros diez de reposo en botella antes de salir al mercado. Aquí se ve una madera que no busca protagonismo sino aportar redondez a unos taninos briosos y que son plata en el banco a la hora de auspiciar una guarda gloriosa.